El Gobierno de Ucrania denunció que Rusia ya no oculta sus verdaderas intenciones con la invasión iniciada el 24 de febrero, que no es, como anunció, “desnazificar” el país, sino “simplemente la ocupación del este y sur” del país.
“Dejaron de ocultarlo. Hoy, el comando de saqueadores, violadores y asesinos rusos reconoció que el objetivo de la ‘segunda fase’ de la guerra no es una victoria sobre los míticos nazis, sino simplemente la ocupación del este y sur de Ucrania”, señaló el Ministerio de Defensa de Ucrania en un mensaje en las redes sociales. “El imperialismo (ruso) tal como es”, puntualizó.
Con este mensaje, las autoridades ucranianas contestaron a las declaraciones realizadas horas antes por el jefe del Distrito Militar Centro ruso, el general mayor Rustam Minnekéyev.
Minnekéyev reconoció que Rusia quiere controlar el sur de Ucrania, además del este, no solo para establecer un corredor terrestre desde el Donbás hasta la anexionada península de Crimea, sino también para crear un punto de acceso a la región separatista y prorrusa de Transnistria, en Moldavia.
“Desde el comienzo de la segunda fase de la operación especial, que se inició literalmente hace dos días, una de las tareas del Ejército ruso es establecer el pleno control sobre el Donbás y el sur de Ucrania”, agregó.
Según este mando, cuyas palabras recogen las agencias rusas, este control permitirá a Rusia “establecer un corredor terrestre a Crimea, ocupada por Rusia en el 2014, y ganar influencia sobre instalaciones vitales de la economía ucraniana y los puertos del mar Negro que sirven para las entregas de los productos agrícolas y metalúrgicos a otros países
“Ellos no van a parar. El comando del distrito militar central ruso anunció la próxima víctima de la agresión rusa”, denunció, por su parte, el Ministerio de Defensa ucraniano.
“Después de hacerse con el control del sur de Ucrania, Rusia planea invadir Moldavia, donde dicen que los rusoparlantes están siendo oprimidos”, agregó el ministerio ucraniano en su mensaje en Twitter.
El gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, anunció tras ordenar la invasión de Ucrania que la intención de Moscú era “desnazificar” el régimen de Kiev y proteger a los ciudadanos de las regiones prorrusas del Donbás, en las que se encuentran Donetsk y Lugansk.
Ambas regiones, que son consideradas el motor económico de Ucrania, se autoproclamaron independientes días antes del inicio de la invasión y fueron reconocidas por el Ejecutivo de Moscú.
Fuerzas militares procedentes de estas regiones forman parte ahora de las tropas que tratan de hacerse con el control de la ciudad de Mariúpol, a orillas del mar de Azov y prácticamente bajo el control ruso.