En los meses posteriores a que Boris Johnson suscribiera el acuerdo comercial posterior al Brexit con la Unión Europea, el coronavirus enmascaró el daño económico que significó dejar el bloque. A medida que la pandemia se prolonga, el costo se vuelve más claro y los votantes lo están notando.
El Brexit ha sido un lastre para el crecimiento. Trajo consigo nuevos trámites burocráticos al comercio entre Gran Bretaña y su mercado más grande y cercano, y eliminó del país una gran cantidad de mano de obra de la UE, de la que muchas empresas habían llegado a depender. La combinación ha exacerbado la escasez de la cadena de suministro, potenciado la inflación y obstaculizado el comercio.
El primer ministro elogió la firma del acuerdo comercial hace casi un año como el momento en que Gran Bretaña recuperó el control de su destino. Si lo fue, los votantes parecen estar cada vez más descontentos con el resultado. Según una encuesta de realizada en noviembre por Savanta Comres, la mayoría de la población británica ahora votaría a favor de volver a unirse con la UE, incluido una de cada diez personas que votaron a favor de salir del bloque en el referéndum del 2016. En junio, solo el 49% quería revertir el Brexit.
Hace pocos días, David Frost, socio clave de Johnson en la negociación para el retiro de la UE, dimitió y se convirtió en el tercer ministro del Brexit en renunciar. En su carta de renuncia, Frost instó a Johnson a utilizar el Brexit para convertir al Reino Unido en “una economía empresarial ligeramente regulada y con bajos impuestos”, pero expresó su consternación por la dirección del proceso por parte del primer ministro, una señal de que el Brexit está decepcionando a quienes lo vieron como una oportunidad única en una generación para restaurar la regulación gubernamental.
Comercio
El comercio de Gran Bretaña con la UE ha disminuido desde que el país abandonó el bloque y las empresas se vieron afectadas por nuevos trámites y controles aduaneros.
En octubre, el comercio de bienes del Reino Unido con la UE era un 15.7% más bajo de lo que habría sido si Gran Bretaña se hubiera mantenido en el mercado único y la unión aduanera de la UE, según el modelo del Centro para la Reforma Europea, un grupo de expertos independiente. Eso se compara con un análisis del Gobierno del Reino Unido del 2018, que predijo una disminución del 10% en el comercio.
Pero las cifras pueden verse beneficiadas por el hecho de que el Reino Unido ha retrasado la implementación de muchos de sus controles fronterizos posteriores al Brexit hasta el 2022. A partir de enero, las importaciones de la UE deberán ir acompañadas de una declaración de aduana inmediata y los productos alimenticios se enfrentarán inspecciones desde el verano.
Gran Bretaña solo ha logrado avances limitados en la firma de acuerdos comerciales que van más allá de los convenios que disfrutaba siendo miembro de la UE. A principios de este mes, el Reino Unido firmó su primer acuerdo comercial totalmente independiente, con Australia, y se acordaron los términos preliminares con Nueva Zelanda. Pero se prevé que el impulso económico de ambos acuerdos será limitado. Un acuerdo comercial con Estados Unidos, promocionado como uno de los principales beneficios del Brexit, parece estar a años de distancia.
Crecimiento
Incluso antes de que Reino Unido completara su separación de la UE a fines de 2020, el Brexit había reducido el tamaño de la economía del Reino Unido en aproximadamente un 1,5%, según estimaciones de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria. Eso se debió a una caída en la inversión empresarial y una transferencia de actividad económica a la UE en previsión de mayores barreras comerciales.
Desde que entró en vigor el acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE, la disminución en los volúmenes comerciales significa que el Brexit está en camino a causar una reducción del 4% en el tamaño de la economía británica a largo plazo, según la entidad. Eso está en línea con su pronóstico anterior al Brexit.
Mercado laboral
El Brexit ha exacerbado la crisis en la oferta laboral del Reino Unido. Alrededor de 200.000 ciudadanos europeos dejaron Gran Bretaña en el 2020, impulsados por reglas de inmigración más estrictas y la depresión económica más profunda en tres siglos. Eso ayudó a desencadenar la falta de personal en sectores como la hostelería y el comercio minorista, que históricamente han dependido de los trabajadores de la UE, y ha causado escasez.
Un grupo más pequeño de mano de obra de la UE también empeoró la crisis de combustible en Gran Bretaña, debido a la escasez de conductores de camiones cisterna, lo que contribuyó a la falta de combustible durante el verano. El Gobierno de Johnson ha flexibilizado los requisitos de visa para los trabajadores de la UE y, desde entonces, el déficit de conductores se ha reducido a medida que se ha capacitado a más conductores nacionales.
Finanzas
El Brexit ha empujado a las firmas financieras a trasladar al menos algunas de sus operaciones, personal, activos o entidades legales fuera de Londres a la UE, pero el cambio ha sido menor de lo previsto, en parte porque la pandemia ha obstaculizado las reubicaciones del personal.
Según una encuesta de la firma EY publicada esta semana, Londres ha perdido alrededor de 7,400 puestos de trabajo, por debajo de una estimación anterior de 7,600. Eso es muy inferior a algunas estimaciones hechas antes de que Gran Bretaña abandonara el bloque. En el 2018, Bruegel, un grupo de expertos, dijo que Londres podría finalmente perder 10,000 empleos bancarios y 20,000 puestos en la industria de servicios financieros.