Por Daniel Moss
¿Ya tiene ambas dosis? Genial; ahora quédese en la casa. Puede que las altas tasas de vacunación no sean el pasaporte para la reapertura económica y la vida social que esperábamos.
A medida que la campaña de inoculación de Asia se recupera de un comienzo lento, la reactivación del comercio es, en el mejor de los casos, poco entusiasta. Una sombra del año 2019 podría ser lo mejor a lo que podemos aspirar.
Más Gobiernos están anunciando una transición para “convivir con el COVID-19”. El virus no desaparecerá, así que lo mejor que podemos hacer es vacunar a un alto porcentaje de la población, plantea el argumento. Pero queda por ver qué significa eso en la práctica. Singapur, donde las tasas de inoculación superan el 80%, ha señalado solo un apetito limitado por la coexistencia con la infección.
Malasia se está abriendo gradualmente después de unos meses horrendos, y los líderes australianos prometieron mayores libertades a medida que aumente la protección. El primer ministro, Scott Morrison, ofreció la posibilidad de que las familias puedan cruzar las fronteras estatales para las vacaciones de fin de año.
El ganador de un concurso de liderazgo en el partido gobernante de Japón heredará una tasa de vacunación que está aumentando, pero no hay un sentido claramente definido de las actividades que permitirá un nivel alto.
Lograr el equilibrio adecuado entre salud pública y resiliencia económica dirá mucho sobre si Asia todavía es capaz de mantener los superlativos que dominaron la discusión de la región durante las últimas tres décadas: centro de gravedad económica, potencia exportadora, mercado dinámico, liderazgo pragmático y con visión de futuro comprometido con la expansión a largo plazo. Los hemos escuchado todos. ¿Asia está dispuesta a correr el riesgo de estar a la altura de estos descriptivos?
Es cierto que la campaña de vacunación de la región se ha recuperado de manera impresionante. La tasa de adultos con ambas dosis ha aumentado del 21% al 63% en los últimos tres meses, según Morgan Stanley. La firma proyecta que 10 de las 12 economías asiáticas habrán alcanzado al menos el 80% para fin de año.
“Los legisladores en Asia han establecido un nivel alto para las tasas de vacunación antes de reabrir, y creemos que lo cumplirán”, escribió Chetan Ahya, economista jefe de Morgan Stanley en Asia, en una nota reciente. “En ese momento, esperamos que varios países modifiquen sus estrategias de manejo del COVID y comiencen a hacer la transición hacia la aceptación del virus como un problema endémico con el que deben vivir”.
Los costos comerciales de mantener las puertas cerradas o semicerradas se consideran prohibitivos. Pero, ¿abrir significa ‘abierto’ o simplemente la ausencia de un bloqueo?
La experiencia de Singapur como economía avanzada con un sistema de salud sólido puede resultar instructiva. En junio, las autoridades dijeron que la ciudad-Estado comenzaría el “tránsito a una nueva normalidad” a medida que las tasas de vacunación aumenten constantemente. Los casos se incrementaron drásticamente el mes pasado; sin embargo, el Gobierno aún no ha vuelto a imponer condiciones similares a las de un bloqueo, como lo hizo en medio de un aumento menor en julio. Las vacunas de refuerzo comenzaron esta semana para personas mayores de 60 años.
Eso no significa que la vida transcurra sin problemas. Los líderes han dicho que las próximas semanas son cruciales, y han instado a la gente a reducir sus actividades. Una agencia dijo esta semana que cualquier persona mayor de 60 años debería permanecer en casa. Si bien los centros comerciales están abiertos, la mayoría de los restaurantes requieren un estado de vacunación completa.
Sigue habiendo acceso a las oficinas, pero bajo condiciones estrictas. Las autoridades “no creen que sea prudente seguir adelante con cualquier medida de apertura durante este período, especialmente cuando estamos en medio de un aumento exponencial de los casos de infección”, dijo a los periodistas el ministro de Finanzas, Lawrence Wong, el 10 de septiembre. “De hecho, eso sería imprudente en las circunstancias actuales”.
Los Gobiernos que han trabajado arduamente para proteger a las poblaciones y que sufrieron graves impactos en el crecimiento el año pasado pueden no estar dispuestos a correr demasiados riesgos.
Cuánto más se acercan a un manejo del COVID, menos atractivo es volver al punto de partida. Sabemos que el statu quo tiene un costo económico, pero la reapertura total tiene un precio que muy pocos países están dispuestos a pagar.