Australia tiene un nuevo plan para convencer a otras naciones de que los riesgos climáticos para la icónica Gran Barrera de Coral se han sobrestimado: ahora les pide que se pongan máscaras de snorkel y lo vean con sus propios ojos.
El país invitó a embajadores de la Unión Europea y más de una docena de países, incluidos Japón y Rusia, a visitar el área declarada patrimonio de la humanidad –y a nadar en ella, también– antes de una votación de las Naciones Unidas que evaluará planes para declarar el arrecife en peligro y solicitar a Australia hacer más para mejorar la conservación.
“La gente ha hecho mucho por proteger el arrecife y debemos demostrarle que su esfuerzo no fue en vano”, dijo el legislador Warren Entsch, quien dirigirá la visita con los embajadores y es enviado especial del Gobierno australiano para el arrecife. “Lo último que necesitamos es que la gente se desanime”.
Nuevas medidas
Se le pidió a una comisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que el viernes dará inicio a una sesión, que respalde nuevas medidas después de emitir advertencias durante años sobre el estado de deterioro del arrecife.
El sitio se ha visto muy afectado por el blanqueamiento generalizado de los corales causado por las altas temperaturas del mar, según un informe de la ONU publicado el mes pasado.
El Gobierno de Australia, que favorece los combustibles fósiles, ha criticado los llamados a tomar medidas más duras, y se ha referido a planes de invertir 3,000 millones de dólares australianos (US$ 2,200 millones) en medidas adicionales de protección.
En el 2015, rebatió una moción para declarar el arrecife en peligro de desaparecer.
El arrecife, que se extiende a lo largo de un área del tamaño de Japón, es la estructura viviente más grande de la Tierra y alberga más de 600 tipos de corales y 1,600 especies de peces.