El sistema bancario chileno mantiene niveles de solvencia y liquidez adecuados pese a las condiciones financieras más restrictivas, mientras que la reducción de estímulos es fundamental para mitigar el costo del control inflacionario y que se profundicen los desequilibrios, dijo el miércoles el Banco Central.
En su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) el organismo dijo que las mayores amenazas externas para la estabilidad local son un deterioro de la liquidez, así como alzas en la tasas de largo plazo y premios por riesgo para economías emergentes por ajustes más rápidos de las tasas en Estados Unidos, una escalada del conflicto en Ucrania o el deterioro de la economía china.
“La banca presenta riesgos acotados y niveles de solvencia y liquidez adecuados. Esto ha sido fruto de un comportamiento prudente y de las medidas extraordinarias implementadas por las autoridades financieras durante la pandemia”, señaló.
A nivel local, el organismo consideró que la reducción de los estímulos es fundamental para mitigar el costo del control inflacionario y evitar que se profundicen los desequilibrios macroeconómicos del año pasado.
“Iniciativas que profundicen los desbalances acumulados o que afecten una adecuada evaluación del riesgo crediticio, dificultarían que esta normalización continúe de manera ordenada e impactan negativamente en las condiciones de financiamiento, junto con incrementar la volatilidad en el mercado financiero chileno”, acotó.
Sin embargo, los ejercicios de tensión que consideran escenarios con fuertes alzas de tasas de interés y caídas relevantes de la actividad económica y del empleo dan cuenta que los riesgos permanecen estables, aunque “se observa una mayor sensibilidad en la capacidad de pago de algunos grupos” de usuarios de crédito.
Los retiros de ahorros para pensiones aprobados como medida paliativa frente al impacto en hogares de la pandemia de COVID-19 redujeron la profundidad del mercado local de capitales, lo que ha deteriorado las condiciones de financiamiento de mediano y largo plazo y redujo la capacidad de la economía para enfrentar shocks externos, destacó.
“La pérdida de profundidad ya experimentada por el mercado de capitales local, junto con un entorno más desafiante, resaltan la importancia de no seguir debilitando las fuentes estables de ahorro de largo plazo”, dijo.
Los efectos negativos de los retiros han sido visibles tanto en el crédito hipotecario como en el financiamiento del sector corporativo.
El Banco señaló que hacia adelante se espera que la economía presente tasas de crecimiento negativas durante varios trimestres, “en un contexto donde las condiciones financieras más restrictivas y la mayor incertidumbre harán que tanto el consumo privado como la inversión se contraigan”.