Los políticos, los legisladores y la insuficiencia de inversiones en el sector del petróleo y el gas son los culpables de los elevados precios de la energía, y no la OPEP, dijo el jueves a Reuters el secretario general del grupo, Haitham Al Ghais.
La falta de inversiones en el sector del petróleo y el gas tras la caída de los precios provocada por el COVID-19 ha reducido significativamente la capacidad de producción sobrante de la OPEP y sus posibilidades de responder con rapidez a posibles nuevas interrupciones del suministro.
El precio del referencial Brent estuvo a punto de alcanzar un máximo histórico de 147 dólares por barril en marzo, después de que la invasión rusa de Ucrania exacerbó la preocupación por la oferta. Si bien los precios han bajado desde entonces, siguen siendo dolorosamente altos para los consumidores y las empresas a escala mundial.
“No culpen a la OPEP, culpen a sus propios políticos y legisladores, porque la OPEP y los países productores han presionado una y otra vez para que se invierta en petróleo (y gas)”, dijo Al Ghais.
La inversión en petróleo y gas ha aumentado un 10% respecto del año pasado, pero sigue estando muy por debajo de los niveles de 2019, sostuvo el mes pasado la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que añadió que algunos de los déficits inmediatos de las exportaciones rusas deben cubrirse con otra producción.
El nuevo secretario general de la OPEP también apuntó a la falta de inversión en el sector de refinación, añadiendo que los miembros de la OPEP han aumentado su capacidad para equilibrar el descenso en Europa y Estados Unidos.
“No estamos diciendo que el mundo vaya a vivir siempre de los combustibles fósiles (...) pero al decir que no vamos a invertir en combustibles fósiles (...) estás pasando del punto A al punto B de la noche a la mañana”, dijo Al Ghais.
La OPEP existe para garantizar que el mundo tenga suficiente petróleo, pero “va a ser muy desafiante y muy difícil si no se acepta la importancia de invertir”, dijo, y añadió que espera que “los inversores, las instituciones financieras, los responsables políticos, así como a nivel mundial, se tomen en serio este asunto y lo tengan en cuenta en sus planes”.