Portavoz rusa de Exteriores, María Zajárova. Foto: EFE)
Portavoz rusa de Exteriores, María Zajárova. Foto: EFE)

Rusia anunció la suspensión del acuerdo pesquero con Japón, al que acusa de incumplir sus obligaciones en el marco del documento bilateral suscrito en 1998, en medio de las tensiones por la campaña militar rusa en Ucrania.

Según la portavoz rusa de Exteriores, María Zajárova, Tokio ha apostado por congelar los pagos para la cooperación en el ámbito de la explotación de los recursos marinos de la zona.

Además, también habría aplazado la firma de un documento anual para la asistencia técnica a la isla de Sajalín, clave para la implementación del acuerdo pesquero.

El acuerdo permitía a los pescadores japoneses faenar en aguas de las islas Kuriles del Sur, en virtud de las cuotas concedidas anualmente por Moscú.

Zajárova subrayó que Moscú no reanudará la aplicación del acuerdo hasta que las autoridades japoneses cumplan con sus obligaciones financieras.

El presidente ruso, Vladímir Putin, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, acordaron en el 2016 desarrollar actividades económicas conjuntas en los sectores de pesca, turismo, sanidad y medio ambiente en las islas Kuriles, reclamadas por Tokio desde 1946.

A principios de abril Japón expulsó a ocho diplomáticos rusos por los “crímenes de guerra” supuestamente cometidos por soldados rusos en Ucrania.

Rusia respondió poco después de manera recíproca y a principios de mayo adoptó sanciones contra 63 funcionarios y políticos japoneses, incluido el primer ministro, Fumio Kishida.

Japón se sumó desde el inicio de la “operación militar especial” rusa en Ucrania a las sucesivas rondas de sanciones aprobadas por el G7 contra el Kremlin.

Las actuales tensiones bilaterales han ralentizado el acercamiento de los últimos años entre Moscú y Tokio destinado a la normalización de las relaciones y la firma de un tratado de paz pendiente desde la Segunda Guerra Mundial.

Rusia abogó siempre por firmar dicho tratado antes de abordar el contencioso territorial de los cuatro islas Kuriles, bajo control soviético -y luego ruso- desde el 2 de febrero de 1946.

Por su parte, Japón considera que dichas islas son “parte ancestral e inalienable de su territorio”.