Rusia donó casi 20,000 toneladas de trigo a su aliado político Cuba, un regalo de bienvenida a la nación insular del Caribe, que ahora comienza a sentir el dolor de los altos precios mundiales de los cereales tras la invasión militar a Ucrania.
En una ceremonia en La Habana, el embajador ruso en La Habana, Andrei Guskov, dijo que el gobierno de su país acordó enviar el donativo a Cuba el año pasado en medio de las buenas relaciones entre los dos países.
Pero el barco que transportaba el trigo ruso -dijo- estuvo detenido en las afueras de la isla durante un mes debido a las sanciones de Occidente a Rusia tras su invasión a Ucrania.
Las restricciones relacionadas con la banca, afirmó, habían complicado los pagos de Rusia al transportista, haciendo imposible que el barco descargara, “lo que se convertirá en pan para los cubanos”.
“Lo ocurrido demuestra con claridad que las medidas coercitivas unilaterales adoptadas contra Rusia, igual que las que se aplican contra Cuba, perjudican la vida de la gente común”, añadió.
La donación de trigo, un ingrediente clave en la elaboración del pan como alimento básico subvencionado por el gobierno en Cuba, es el más reciente acercamiento entre la isla y Moscú.
A principios de este mes, Cuba se alineó con China, Corea del Norte, Irán, Siria y Vietnam para votar en contra de una resolución adoptada por la Asamblea General de la ONU, que suspendió a Rusia del Consejo de Derechos Humanos tras informes sobre “violaciones, abusos graves y sistemáticos de los derechos humanos” en Ucrania.
La Habana y Moscú tienen una larga historia de profunda cooperación económica y militar desde la revolución de Fidel Castro en 1959, aunque en las últimas décadas ha mermado.
En los días previos a la intervención militar en Ucrania, Rusia acordó posponer los pagos de la deuda que le debe Cuba hasta el 2027, y los dos países, sin embargo, acordaron explorar la colaboración en transporte, energía, la industria y la banca.
Rusia es uno de los mayores exportadores de trigo del mundo.