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La inflamación del corazón que algunas personas padecen después de la vacuna del COVID ocurre con mucha menos frecuencia en respuesta a la vacuna que después de la enfermedad en sí, según el estudio más grande hecho hasta la fecha sobre el tema.
La primera dosis de las vacunas de AstraZeneca Plc, Pfizer Inc. o Moderna Inc. puede aumentar el riesgo de miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco, al igual que la segunda vacuna de Moderna, dijeron investigadores el martes.
Las dos vacunas de ARN mensajero de Pfizer y Moderna solo aumentaron el riesgo en personas menores de 40 años.
Los científicos de la Universidad de Oxford encontraron que el número de casos de miocarditis era al menos cuatro veces mayor después haber tenido COVID-19. El riesgo de la vacuna, aunque poco común, es un punto clave en el debate del Reino Unido sobre la autorización de vacunas para niños.
“Sabemos que las vacunas contra el COVID-19 son altamente efectivas para reducir los riesgos de resultados graves”, dijo Julia Hippisley-Cox, profesora de epidemiología clínica y práctica general en Oxford, quien dirigió el estudio.
“Sin embargo, también es importante que conozcamos e identifiquemos los riesgos de estas enfermedades inusuales debido a las vacunas, para asegurarnos de que los médicos sepan qué buscar, ayudar al diagnóstico temprano e informar la toma de decisiones clínicas”.
El estudio examinó a 38 millones de personas mayores de 16 años en todo el Reino Unido y examinó la aparición de complicaciones cardiovasculares dentro de los 28 días posteriores a la vacunación o una prueba COVID-19 positiva.
Los investigadores calcularon que los casos adicionales de miocarditis fueron de entre 1 y 10 por millón de personas en el mes posterior a la vacunación, en comparación con 40 eventos de este tipo por millón después de una infección con SARS-CoV-2.
El estudio también mostró un mayor riesgo de pericarditis, una forma de inflamación más localizada, y latidos cardíacos irregulares después de contraer COVID-19. La segunda dosis de Moderna se asocia con un mayor riesgo de arritmia, según los científicos.
Esta investigación no incluyó dosis de refuerzo, que son un tema candente en tanto que los Gobiernos sopesan los posibles efectos secundarios frente al aumento de la inmunidad de sus poblaciones, a medida que la nueva variante ómicron se propaga por todo el mundo.
Otras limitaciones incluyen el hecho de que los jóvenes de entre 16 y 40 años estaban infrarrepresentados en la muestra, en comparación con los mayores de 40 que participaron.
En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos determinó previamente que los beneficios de la vacunación en personas de entre 16 y 17 años superan el riesgo de miocarditis.
