Desde implementar un Estado de bienestar hasta mantener el actual sistema económico neoliberal impuesto en Chile hace 31 años y objeto de profundas críticas de las ciudadanía son las principales propuestas económicas de los candidatos que se miden este domingo en las elecciones presidenciales de Chile.
Chile debe decidir qué camino económico seguir en pleno proceso de recuperación de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, que llevará al país a crecer en el orden del 11% en el 2021, pero con una inflación que dobla la proyección oficial del Banco Central (6%) y una deuda pública en niveles del 33.1%, sustentada en las ingentes ayudas estatales entregadas para hacer frente a la crisis sanitaria.
El escenario para quien gane la presidencia no se proyecta nada de auspicioso. Tras la “fiesta del consumo” de este año, apuntalada también por los tres retiros extraordinarios de fondos de pensiones aprobados hasta ahora por el Congreso, se estima que en el 2022 el PBI chileno crecerá sólo entre 1.5% y 2.5%.
Estado del bienestar
El joven candidato de 35 años Gabriel Boric, favorito por la alianza izquierdista Apruebo Dignidad (Frente Amplio y Partido Comunista) propone un cambio de modelo basado en el Estado del bienestar de países europeos, al considerar que el actual modelo chileno “está absolutamente estancado”.
“Un Estado del bienestar para que todos tengan los mismos derechos, sin importar cuánta plata tienen en la billetera”, señaló Boric en entrevista con la AFP, y apuntó a “garantizar derechos sociales universales”.
Entre ellos, la creación de un modelo de “seguridad social que no sea un negocio”, para sustituir al actual sistema de pensiones de capitalización individualizada por trabajador, pionero en el mundo y criticado por buena parte de la sociedad por no entregar jubilaciones dignas. En su programa electoral, Boric propone “asegurar” una pensión mínima de 250,000 pesos, equivalente a unos US$ 308.
También plantea un aumento de la cotización mensual, desde el actual 10% del salario al 18%, “en forma gradual” y con gran parte del cargo al empleador.
Liberalismo público-privado
El candidato oficialista Sebastián Sichel, de 44 años, proyecta un sistema de libre mercado con una fuerte participación de pequeñas y medianas empresas, combinado con un Estado fortalecido, bastante ausente hoy en el actual modelo ultraliberal que considera un Estado subsidiario que da prioridad al sector privado en cualquier ámbito de inversión.
“Que no tengamos complejo con el Estado como tenía la derecha antigua, pero que se entienda también el valor del emprendimiento, de la innovación, como decía (el excanciller alemán) Konrad Adenauer: ‘Tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario’”, afirmó el candidato en entrevista con la AFP.
Para el cuestionado sistema de pensiones, Sichel considera un modelo similar pero que rompa el actual oligopolio de Administradoras de Fondos de Pensiones. En el último debate presidencial, mencionó un sistema similar al de Australia para maximizar y diseminar las opciones.
“Estamos pensando que los trabajadores puedan elegir si quieren que sus fondos los administre una institución pública o privada, con o sin fines de lucro”, explicó Sichel.
Capitalismo de Estado
La candidata de la Democracia Cristiana, la senadora de 51 años Yasna Provoste, oferta para Chile un modelo de capitalismo que conviva con la creación de más empresas públicas, según su programa.
Un plan “transitorio” para afrontar la situación económica generada por la pandemia y que contrarreste parte del impacto ocasionado en la economía por las protestas sociales que estallaron en el país desde octubre de 2019.
“Destinar hasta US$ 6,000 millones anuales durante cuatro años, que prevé financiar por medio de una recuperación del crecimiento económico y deuda fiscal”, explica el programa de Provoste, la única mujer entre siete candidatos.
Ultraliberalismo de Friedman
El candidato de extrema derecha José Antonio Kast, de 55 años, del Partido Republicano y otro de los favoritos para pasar a segunda vuelta, apuesta por mantener el modelo ultraliberal impuesto durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) como laboratorio de esta doctrina económica emanada de las ideas de Milton Friedman en la estadounidense Universidad de Chicago.
“Una sociedad que priorice la igualdad por sobre la libertad no obtendrá ninguna de las dos”, dijo Kast durante una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, mencionando parte de la idea del economista estadounidense.
Su programa pretende darle al mercado más libertad de acción y reducir en lo posible la participación del Estado en la economía. También reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA.) del 19% al 17%, y aumentar la oferta de empleo para mayores de 60 años y “postergar su retiro”.
“La mejor forma para mejorar las pensiones es postergar la edad de jubilación”, indica en el punto 206 de su programa.