Los 140 países que intentan concluir años de negociaciones para reformar las reglas tributarias globales para una economía cada vez más digitalizada corren contrarreloj para resolver detalles importantes.
Con poco más de una semana hasta la reunión del 8 de octubre de todos los Gobiernos involucrados, los negociadores todavía divergen sobre los parámetros para definir un impuesto corporativo mínimo global y compartir lo que se gane de los impuestos sobre gigantes tecnológicos como Facebook Inc. y Alphabet Inc., según personas familiarizadas con el tema.
También buscan averiguar cómo el acuerdo global coordinará a los países para impedir nuevos impuestos digitales unilaterales, un tema candente para los Gobiernos que buscan proteger los ingresos, y para Estados Unidos, que considera que tales impuestos son discriminatorios contra sus empresas.
De cara a las conversaciones, hay incertidumbre sobre si Estados Unidos realmente podría cumplir cualquier tipo de acuerdo después de que el senador republicano Patrick Toomey dijo esta semana que el Congreso probablemente bloqueará la ratificación.
En conjunto, los obstáculos amenazan el objetivo de la Administración Biden y del G20 de poner fin a una carrera por ofrecer impuestos cada vez más bajos para atraer la inversión empresarial. Los cambios en los impuestos globales son una pieza clave de las propuestas tributarias de Biden para ayudar a pagar billones de dólares en gasto social.
Y en términos más generales, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que está intentando negociar un acuerdo, advirtió que el fracaso conduciría a un cóctel de gravámenes digitales unilaterales y disputas comerciales y fiscales que podrían eliminar más del 1% del PBI global anualmente.
Antes de la reunión del 8 de octubre de todos los países involucrados, los ministros de Finanzas del G7, que lideraron las conversaciones en momentos clave, se reunieron el miércoles por conferencia telefónica.
El Reino Unido, que actualmente preside el grupo, dijo que había “un entendimiento común” sobre algunos temas importantes y un compromiso con la implementación. Pero las naciones no llegaron a especificar posiciones sobre los principales números que darán forma al acuerdo.
“La conversación fue constructiva y hemos avanzado mucho en puntos importantes”, dijo el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, en un comunicado a Bloomberg News. “No vamos a perminitr que se nos escape la oportunidad de lograr un gran acuerdo la semana que viene. Podemos lograrlo”.