La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que si es necesario los gobiernos deben ofrecer incentivos a las farmacéuticas que operan en sus territorios para que compartan la tecnología y el conocimiento relacionado con las vacunas que han desarrollado contra el COVID-19.
“Alentamos a los gobiernos a que ofrezcan incentivos a los productores para compartir su tecnología y conocimiento, y alentamos a los países que tienen más vacunas a donarlas a través de COVAX, que es el modo más rápido y justo de aumentar su distribución global”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El responsable también pidió a todos los países con capacidad de producción de las vacunas antiCOVID a seguir el ejemplo de Estados Unidos y apoyar una suspensión temporal de las patentes que protegen la propiedad intelectual de estos productos y que impiden que otros puedan manufacturarlos.
Las negociaciones para que esto pueda ocurrir transcurren sin éxito desde hace siete meses en la Organización Mundial del Comercio (OMC), con la oposición de la anterior Administración estadounidense, de países europeos, Japón, Australia y Brasil.
El cambio de posición de Washington ha renovado las esperanzas y dado un nuevo impulso a las discusiones.
Frente a la decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la industria farmacéutica ha mostrado su enojo y se ha justificado señalando que una medida de ese tipo disminuiría los recursos que dedica a la innovación y a hacer avanzar la ciencia.
Frente a esto, Tedros señaló que “la innovación es importante y apoyamos que las compañías obtengan beneficios por su trabajo, pero estamos ante una crisis sin precedentes y hay que actuar”.
“Estamos en una crisis de vacunas, con 100,000 personas que mueren cada semana por COVID”, agregó.
Recordó que justamente la suspensión temporal de patentes es un mecanismo existente en la OMC para afrontar emergencias de este tipo y que “¿si no lo usamos ahora, cuándo?”.
Por otra parte, la OMS comentó la decisión de Canadá -que podría ser imitada pronto por otros países- de vacunar a los niños a partir de los once o doce años.
“Creemos que en el caso de países que tienen suficientes vacunas para cubrir a toda su población, este tipo de decisiones deben ser tomadas por la autoridad reguladora”, comentó el presidente del grupo científico que asesora a la OMS sobre inmunizaciones, Alejandro Cravioto.
La directora de Inmunización de la OMS, Kate O’Brien, dijo que esa decisión abre el camino para que niños con enfermedades que aumentan su riesgo en caso de contraer el coronavirus puedan ser vacunados.
No obstante, subrayó que se tiene que mantener el énfasis en el hecho de que hay que seguir dando prioridad a los grupos adultos de riesgo en todos los países del mundo.