La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la rápida propagación de la variante ómicron podría aumentar las hospitalizaciones, a pesar de que los primeros estudios sugieren que provoca síntomas más leves y mientras China y Europa implementan nuevas restricciones.
“Un rápido aumento de ómicron, como el que observamos en varios países -aunque se combine con una enfermedad ligeramente menos grave- provocará un gran número de hospitalizaciones, sobre todo entre los no vacunados”, declaró Catherine Smallwood, una de las principales responsables de la OMS Europa.
La especialista en respuesta de emergencia pidió que los datos preliminares sobre un menor riesgo de hospitalización se tomaran “con cautela”, ya que en la actualidad los casos observados se refieren sobre todo a “poblaciones jóvenes y sanas en países con altas tasas de vacunación”.
Los primeros estudios en Sudáfrica, Escocia e Inglaterra indican que ómicron parece causar menos hospitalizaciones que la variante precedente.
Pero los datos son aún muy incompletos y algunos expertos destacan que un mayor contagio puede anular la ventaja de una variante menos peligrosa.
Los expertos tampoco saben si esta gravedad aparentemente menor proviene de las características intrínsecas de la variante, o si está relacionada con el hecho de que afecta a poblaciones ya parcialmente inmunizadas.
Ante estas incertidumbres y una nueva aceleración de la pandemia en el mundo, los países tratan de encontrar un equilibrio para minimizar los daños económicos y controlar el auge de contagios.
China amplía confinamientos
China puso el martes a otros cientos de miles de ciudadanos bajo órdenes de confinamiento para tratar de contener un brote del coronavirus, ínfimo comparado con las cifras récord de contagios detectadas en Estados Unidos y en los países europeos.
Tras registrar más de 200 nuevos casos el martes en todo el país, un récord desde marzo del 2020, el gobierno ordenó a cientos de miles de residentes en la ciudad de Yan’an (norte) a quedarse en casa.
Desde la contención de la primera ola del COVID-19 detectado en Wuhan, el gigante asiático ha aplicado una estrategia de erradicación del virus consistente en el cierre de fronteras y estrictas medidas ante cualquier brote.
Los residentes de Yan’an se suman ahora a los trece millones de personas que desde hace seis días están confinadas en la cercana ciudad de Xi’an.
Nuevas restricciones en Europa
En Europa, numerosos gobiernos tratan de acelerar la inoculación de dosis de refuerzo y aplican nuevas medidas restrictivas.
Finlandia anunció que, a partir de este martes, los viajeros extranjeros no vacunados contra el COVID-19 no podrán entrar en el territorio, aunque tengan un test negativo.
En Suecia y Dinamarca, los países vecinos, las autoridades exigen que los viajeros no residentes den negativo a las pruebas, además de ser vacunados. Lo mismo pide Austria.
En Francia, el gobierno anunció el lunes que el “pasaporte sanitario” solo estará disponible para las personas totalmente vacunadas y ya no será válido con una prueba negativa reciente. El documento permite acceder a restaurantes, cines y otros lugares.
Alemania, por su parte, introducirá este martes nuevas restricciones como limitar las reuniones a diez personas en personas vacunadas y a dos para no vacunadas, el cierre de clubes nocturnos y la celebración de eventos deportivos a puerta cerrada.
“Hay que hacer algo para que bajen las cifras de contagio”, manifestó un residente de Berlín.
Pero no todos aceptan las medidas. Miles de manifestantes protestaron a última hora del lunes en toda Alemania contra las restricciones, y algunos lanzaron fuegos artificiales o botellas a la policía, dejando al menos 12 agentes heridos.
Más allá de las restricciones sociales, la pandemia ha castigado económicamente a algunos sectores como el de los viajes.
Unos 11,500 vuelos fueron suspendidos en el mundo desde el viernes y decenas de miles sufrieron retrasos en uno de los periodos más frenéticos del año. Muchas aerolíneas señalaron la escasez de personal ante la ola de positivos por ómicron.
En un intento de evitar escasez de mano de obra, la principal agencia sanitaria estadounidense redujo el periodo de aislamiento para casos asintomáticos de diez a cinco días.
Aunque los contagios diarios se acercan al récord de 250,000 registrado en enero, el presidente Joe Biden dijo que el repunte no tendría el mismo impacto que el causado por la variante delta meses atrás. “Ómicron es una fuente de preocupación, pero no debería ser una fuente de pánico”, dijo.
La pandemia de COVID-19 ha dejado más de 5.4 millones de muertos en el mundo desde diciembre del 2019, según un conteo de este martes de la AFP a partir de fuentes oficiales, pero la OMS considera que el balance podría ser entre dos y tres veces superior.