Por Faye Flam
Enero del 2022 es uno de los peores momentos posibles para contraer COVID-19. Eso no solo se debe a que los hospitales están peligrosamente llenos, sino a que después de casi dos años de aprender gradualmente más sobre el SARS-CoV-2, la variante ómicron ha hecho que científicos y médicos vuelvan a caer en un estado de ignorancia y suposiciones. Las pruebas y los tratamientos son escasos. Pero no estamos nuevamente en marzo del 2020; de hecho, es probable que la situación mejore drásticamente en cuestión de un par de meses.
Ómicron pareció salir del lado equivocado. Los científicos habían pronosticado que, de aparecer nuevas variantes, estas probablemente serían derivaciones de la variante delta, ya que esa variante representaba la mayoría de los contagios en todo el mundo, pero ómicron es un primo lejano que nadie sabía que existía hasta que aumentó a un ritmo alarmante en Sudáfrica.
Los científicos todavía están tratando de dilucidar si la disminución de la variante delta se debe a la ola de ómicron, o si ómicron simplemente está haciendo que delta parezca pequeño en comparación. Y, en términos más generales, quieren saber cómo las nuevas variantes se vuelven dominantes, ya que este es un fenómeno que podría volver a ocurrir.
“Es un tanto misterioso por qué surgen estas repentinas olas y una variante reemplaza completamente a la otra”, dijo Jeremy Luban, especialista en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. “Vimos que eso fue lo que ocurrió con Alpha cuando recién apareció, fue bastante alarmante”.
Hay evidencia de que la inmunidad está permitiendo que ómicron haga retroceder a su predecesora. Datos recientes no publicados de un conocido grupo en Sudáfrica demuestran que el contagio por ómicron deja en las personas una inmunidad que protege contra la variante delta. La inmunidad cruzada entre las variantes funciona mucho mejor en esta dirección. Las personas contagiadas con delta parecen tener muy poca protección contra ómicron.
Esa inmunidad asimétrica claramente le daría una ventaja a ómicron, pero aún no está claro si es posible que la variante delta se esconda en algún lugar y regrese más adelante, tal vez en una forma alterada que evada los anticuerpos de la variante ómicron.
Luban dijo que es probable que las infecciones por ómicron también estén evitando que la variante delta se propague a nuevos huéspedes. “Los virus, una vez que ingresan a las células, pueden bloquear el ingreso de otros virus”, indicó. No les gusta compartir huéspedes. Ómicron parece ser mucho más contagiosa, por lo que está ganando esta carrera.
Estas interrogantes fundamentales tienen grandes implicaciones prácticas. Por ejemplo, los fármacos de anticuerpos monoclonales que salvaron vidas y truncaron enfermedades previamente en la pandemia ya no se ofrecen en la mayoría de los lugares porque no funcionan contra ómicron, que responde a un fármaco distinto. Y pocos hospitales tienen los recursos para analizar a cada uno de los pacientes para saber si tienen ómicron o delta, que aún no se ha extinguido por completo.
Luego está la interrogante de por qué y cómo ómicron se propaga mucho más fácilmente que otras variantes. No parece dejar a las personas con una mayor “carga viral”, pero podría persistir en niveles que hacen que las personas sigan contagiando por más tiempo, dijo Mark Siedner, epidemiólogo y médico clínico de enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts.
Ese es un tema delicado ahora que los CDC redujeron la duración de sus recomendaciones de aislamiento y cuarentena, y están surgiendo preguntas sobre la capacidad de las pruebas rápidas para detectar casos en una etapa lo suficientemente inicial como para detener el contagio.
Siedner está participando en un estudio que apunta a medir por cuánto tiempo las personas siguen contagiando tras contraer COVID por ómicron. Se sabe que las pruebas de PCR dan positivo durante días o semanas después de que las personas han eliminado el virus vivo, porque la prueba puede detectar restos inertes de ARN viral. Por lo tanto, su grupo evaluará a personas que han dado positivo cada dos días durante varias semanas para ver si pueden aislar muestras del virus que aún sean viables.
Esos datos podrían ayudar a los CDC a formular mejores directrices sobre el aislamiento y la cuarentena. “Espero que la próxima semana, o dos semanas, podamos mostrar con bastante claridad durante cuánto tiempo siguen contagiando las personas con ómicron”, dijo. “Sé que los CDC nos piden que nos aislemos durante cinco días... Que las personas sigan contagiosas durante 10 a 15 días... podría explicar algo de lo que estamos viendo”.
Por lo tanto, los científicos no permanecerán en la oscuridad sobre la variante ómicron para siempre, ni siquiera por mucho tiempo más. Y después de que termine esta ola invernal, será más fácil para todos hacerse pruebas y más fácil para los más enfermos recibir los anticuerpos monoclonales adecuados. En solo un par de meses más, los médicos esperan contar con píldoras antivirales que funcionen contra todas las variantes conocidas.
Algunos expertos han advertido que, a la larga, casi todo el mundo contraerá este virus de una forma u otra, y ese puede ser el caso si persiste durante décadas. Pero el momento en que eso ocurra es clave.