La variante ómicron del coronavirus causa una enfermedad menos grave que la variante delta, incluso en aquellos que no están vacunados o que no han tenido una infección previa de COVID-19, de acuerdo a un estudio de la provincia sudafricana del Cabo Occidental.
La investigación en la región donde Ciudad del Cabo es la capital, comparó 11,609 pacientes de las tres primeras olas de infección, la más reciente de las cuales fue causada por la variante delta, y 5,144 pacientes de la última ola impulsada por ómicron.
Los hallazgos se suman a la creciente evidencia de que, si bien es más infecciosa, ómicron puede ser menos virulenta que algunas de sus predecesores. Los datos de Sudáfrica, el primer país en tener un brote importante causado por la variante, han mostrado hasta ahora tasas más bajas de hospitalización y muerte.
Aún así, con más de una cuarta parte de la población vacunada y una tasa de infección previa del 70% al 80%, existe la preocupación de que eso pueda estar enmascarando el peligro que presenta la variante.
“El nuestro es el primer estudio de un entorno de alta seroprevalencia previa que demuestra una enfermedad menos grave en la cuarta ola, después de ajustar tanto la vacunación como la infección previamente diagnosticada”, dijeron los investigadores en el estudio. “Incluso después de que se consideró esta protección, hubo una probable reducción de los resultados más graves en la cuarta ola”, lo que indica una posible reducción en la virulencia de ómicron, dijo el estudio.
Menos mortal
El estudio, que se publicó esta semana y aún no ha sido revisado por pares, se centró en los hospitales públicos de la provincia. Fue dirigido por Mary Ann-Davies, profesora asociada de la Universidad de Ciudad del Cabo. También está afiliada a la Inspección de Evaluación de Impacto en la Salud del Gobierno del Cabo Occidental.
El estudio determinó que el 8% de las personas fueron hospitalizadas o murieron dentro de los 14 días posteriores al diagnóstico de COVID-19 en la ola impulsada por ómicron en comparación con el 16.5% en las tres olas anteriores.
“Después de ajustar por edad, sexo, comorbilidades y subdistrito, hubo un riesgo de muerte sustancialmente menor en la cuarta ola en comparación con la tercera ola”, dijeron los investigadores. “El alcance de la reducción se atenuó al considerar adicionalmente las vacunas e infecciones diagnosticadas previamente”.
Aún así, incluso cuando se tomaron en cuenta las infecciones previas, hubo un riesgo 25% menor de morir en la ola cuatro que en la ola tres, dijeron. Sin embargo, después de que se hicieron ajustes para la inmunidad de las vacunas o infecciones anteriores, ómicron presentó un riesgo similar a la versión del virus identificada por primera vez en Wuhan, China.
En datos separados, publicados el viernes por el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, el investigador Waasila Jassat dijo que las muertes nacionales por COVID-19 habían alcanzado un máximo del 14% al 15% de la tasa observada en la ola delta. Las admisiones al hospital alcanzaron su punto máximo en alrededor del 60% de la ola delta, dijo en una presentación en línea.
Los investigadores advirtieron que dada la naturaleza infecciosa de ómicron, los sistemas de salud pública aún deben planificar cuidadosamente los brotes debido al aumento potencial de pacientes.
“Encontramos una gravedad de la enfermedad sustancialmente reducida entre los casos diagnosticados de COVID-19 en la cuarta ola impulsada por ómicron, en comparación con las olas anteriores”, dijeron los investigadores. Incluso teniendo en cuenta las vacunas y las infecciones previas, los datos sugieren una “virulencia intrínsecamente reducida de ómicron”.