Los países ricos no cumplieron su promesa de donar US$ 100,000 millones al año para ayudar a las naciones en desarrollo a conseguir sus objetivos climáticos, de acuerdo con un análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El reporte dice que en 2020 se entregaron US$ 83,300 millones a los países más pobres, un aumento de 4% respecto al año previo, pero aun así por debajo del objetivo propuesto. El plan de pagos, respaldado por la ONU, fue acordado inicialmente en el 2009 para ayudar a las naciones pobres a adaptarse a los efectos del calentamiento global y reducir emisiones.
El monto prometido, establecido inicialmente como un compromiso anual desde su comienzo hasta el 2020, nunca ha sido cubierto por completo.
“Sabemos que se necesita hacer más” para resolver el déficit, admitió el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
Quién paga para combatir y adaptarse al cambio climático ha sido un punto de fricción entre las naciones ricas y pobres desde el comienzo de las negociaciones sobre el clima hace 30 años.
Harsen Nyambe, que encabeza la división de cambio climático y ambiente de la Unión Africana, le dijo a The Associated Press que el continente va a seguir presionando a los países más ricos para garantizar que se cumpla el acuerdo de los 100,000 millones. Añadió que los fondos le darían al continente mejor acceso a la tecnología requerida y ayudarían a las naciones en la transición a la energía verde de una manera justa.
Pero otros piensan que, tras decenios de promesas incumplidas, es improbable que los países ricos hagan su parte.
“No tienen el dinero. Tienen una carga financiera excesiva con problemas como la crisis en Ucrania y por eso no han podido cumplir ninguno de sus compromisos”, dijo Godwell Nhamo, experto en estudios del clima en la Universidad de Sudáfrica.
“África debería encontrar otras fuentes de financiamiento”, añadió.
Un informe publicado por la organización benéfica británica Oxfam en 2020 advirtió que el reciente aumento de la financiación se produjo en forma de préstamos, no de subvenciones, y que los préstamos relacionados con el clima pasaron de US$ 13,500 millones en el 2015 a 24,000 millones en el 2018. La organización benéfica dijo entonces que alcanzar el objetivo de US$ 100,000 millones de esta manera “sería motivo de preocupación, no de celebración.” No está claro si el último aumento interanual de la financiación climática se produjo en forma de préstamos o subvenciones.
En los últimos años, la financiación climática ha ayudado a financiar sectores energéticos y de transporte más ecológicos para las naciones más pobres, así como medidas de adaptación para las industrias agrícola y forestal, las cuales están amenazadas por la degradación del suelo, según la OCDE.