Francia ha registrado más de 100.000 contagios del virus en un sólo día por primera vez desde que comenzó la pandemia, y las hospitalizaciones por COVID-19 se han multiplicado por dos en el último mes, mientras la contagiosa variante ómicron complica los esfuerzos del gobierno por evitar una nueva cuarentena.
Más de una de cada 100 personas en la región de París ha dado positivo en la última semana, según el servicio regional de salud. La mayoría de los nuevos contagios están asociados a la variante ómicron, y los expertos del gobierno esperan que sea la dominante en Francia en los próximos días.
Entre tanto, un auge en los contagios de la variante delta en los últimos meses ha impulsado los ingresos hospitalarios.
Más de 1,000 personas contagiadas murieron en la última semana en Francia, lo que elevó el total a más de 122,000 fallecidos.
El gobierno convocó reuniones de emergencia el lunes para abordar los siguientes pasos. Algunos científicos y educadores han instado a demorar la reapertura de las escuelas tras las fiestas o reintroducir el toque de queda.
Pero la ministra de Educación dijo que las escuelas deberían reabrir como estaba previsto el 3 de enero, y otros miembros del gobierno trabajaban para evitar medidas que afectaran a la recuperación económica.
En su lugar, el gobierno confía en que baste con acelerar las vacunaciones. El gobierno prepara un borrador de ley que requeriría la vacunación para entrar en todos los restaurantes y muchos espacios públicos, en lugar del sistema actual de pase de salud que permite a la gente acceder si presentan una prueba negativa o demuestran haberse recuperado de COVID-19 si no están vacunados.