La Unión Europea (UE) no debe rebajar sus estándares ambientales para aumentar la producción de alimentos y compensar la escasez provocada por la guerra en Ucrania sino cambiar su manera de producir y consumir e impulsar unas dietas más sostenibles, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publicado este lunes.
El documento califica de “engañosas” las afirmaciones de quienes abogan por incrementar la producción en los Veintisiete para “alimentar al mundo” y suplir la falta de alimentos que muchos países importaban desde Ucrania.
”El modelo de comercio agroalimentario de la UE gira en torno a la importación de materias primas de bajo valor, como cacao, frutas y soja, y la exportación de materias primas de alto valor, como vino y chocolate, lo que supone una contribución positiva a la economía de la UE, pero no necesariamente a la economía mundial”, dice el informe.
Tratar de aumentar la producción “probablemente llevará a mayores importaciones y a una mayor degradación medioambiental”, alerta.
”Más que el granero del mundo, la UE es, de hecho, la tienda de alimentos de alta gama mundial, que exporta productos destinados principalmente a los consumidores más ricos y nuestros altos niveles de producción se logran a través de insumos, importaciones y un uso de la tierra no sostenibles”, indicó por su parte Jabier Ruiz, responsable de Políticas para la Alimentación y la Agricultura en la oficina europea de WWF y principal autor del estudio.
Según indica, las importaciones de la UE son muy superiores a las exportaciones y el consumo en la UE tiene un impacto nocivo para el planeta.
El documento pone de relieve asimismo que para producir muchos de los productos básicos agroalimentarios importados a la UE se destruyen millones de hectáreas de bosques y otros ecosistemas naturales, lo que contribuye al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y las injusticias sociales.
Además, critica el desperdicio alimentario en los Veintisiete, el 40% de todos los alimentos producidos en la UE según el informe, el equivalente a unos 173 kilogramos de comida por persona.
Los consumidores quieren un cambio
Por otra parte, el informe subraya que existe “un apetito de cambio por parte de los consumidores de la UE”.
Tres de cada cinco europeos desea comer de forma más sostenible y tres de cada cuatro quiere que la legislación comunitaria garantice que los productos que se venden en el mercado de la Unión no llevan a una pérdida de biodiversidad.
No obstante, persisten las “barreras”, indicó en rueda de prensa el pasado viernes Hortense La Merle, de la misma organización, quien citó en particular los precios de los alimentos más sostenibles, así como la falta de disponibilidad o la ausencia de información, lo que hace que “no sean la opción más fácil”.
Para impulsar el cambio hace falta un sistema que haga accesibles esos alimentos a través de distintas políticas, algo que se puede conseguir con una legislación que establezca la dirección a seguir, añadió.
El informe reconoce el cada vez mayor compromiso hacia una producción mas ecológica e indica que en la actualidad, unos 14,6 millones de hectáreas de tierra en la UE y el Reino Unido (el 8.1% del área agrícola total) son cultivos orgánicos, a los que se dedican unos 350,000 productores.