La inflación brasileña cerró el 2022 con una fuerte desaceleración desde los máximos de dos dígitos registrados durante el año, gracias a las medidas gubernamentales y a un agresivo ajuste monetario, pero volvió a incumplir el objetivo oficial fijado por el Gobierno.
El índice de referencia de precios al consumo IPCA subió un 5.79% el año pasado, dijo el martes la agencia de estadísticas IBGE, por encima de la media del 5.60% prevista en un sondeo de Reuters entre economistas.
El resultado no alcanzó ni el objetivo anual del banco central del 3.5% ni el 5% superior de su banda de tolerancia, lo que supone el segundo año consecutivo de incumplimiento. Por ley, el gobernador del banco central, Roberto Campos Neto, tendrá que publicar una carta justificando los motivos.
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El índice subió un 0.62% en diciembre, según el IBGE, por encima del 0.45% previsto en un sondeo de Reuters, impulsado sobre todo por la subida de los precios de los artículos de salud y cuidado personal.
Fuente: Reuters