El número de cubanos que abandonan su patria se ha disparado en los últimos meses.
La migración, a menudo a través de rutas irregulares y peligrosas por tierra y mar, ha provocado nuevas tensiones entre el gobierno comunista de la isla y Estados Unidos, principal destino de los emigrantes cubanos.
Los países mantuvieron en abril conversaciones de alto nivel centradas en la crisis por primera vez en cuatro años.
¿Por qué abandonan la isla tantos cubanos?
Nicaragua, estrecho aliado político de Cuba, eximió en noviembre de la obligación de visado a los cubanos, alegando que la medida pretendía promover el mercado comercial, el turismo y las relaciones familiares humanitarias.
Sin embargo, entre los cubanos, un vuelo a Nicaragua se ve ahora como el camino de menor resistencia para los que buscan escapar de una crisis económica en la isla que ha provocado una escasez de alimentos y medicinas y, en julio, las mayores protestas contra el gobierno desde la revolución de Fidel Castro en 1959.
La pandemia de coronavirus y el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos bajo el mandato del expresidente Donald Trump han agravado esa crisis, contribuyendo al clamor por abandonar la isla.
Desde Nicaragua, muchos cubanos se dirigen al norte, a la frontera entre Estados Unidos y México, donde intentan cruzar de manera ilegal o pedir asilo.
¿Cómo se compara este éxodo con las anteriores olas migratorias de Cuba?
Casi 80,000 cubanos han sido detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en los seis meses transcurridos desde octubre del 2021. En marzo fueron arrestados más de 32,000, casi el doble que el mes anterior, según las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Si ese ritmo se mantiene, la migración actual, impulsada por Nicaragua, superaría a la del éxodo del Mariel de 1980, cuando Castro abrió los puertos de Cuba a los barcos estadounidenses y se calcula que 125,000 personas abandonaron la isla.
Los datos de la Guardia Costera de Estados Unidos indican que cada vez son más los migrantes que salen de Cuba por mar en botes y balsas, aunque todavía son muchos menos que a través de Nicaragua.
¿Cómo ha respondido EE.UU. a la llegada de tantos cubanos?
Estados Unidos lleva mucho tiempo dando un trato preferente a los inmigrantes cubanos que llegan a su frontera, un vestigio de la política de la época de la Guerra Fría, cuando Cuba estaba estrechamente aliada con la Unión Soviética.
Incluso hoy en día, pocos cubanos son devueltos una vez cruzada la frontera en México, según muestran las estadísticas estadounidenses.
Sin embargo, el gobierno de Joe Biden dijo en fecha reciente que está trabajando con aliados regionales para frenar el creciente número de migrantes que llegan a su frontera sur, incluidos los cubanos.
Costa Rica, República Dominicana y Panamá han aplicado o anunciado recientemente medidas que exigen visas de “tránsito” a los cubanos que pasan por sus aeropuertos de camino a Nicaragua, lo que ha indignado a los cubanos que han visto frustrados sus planes de viaje.
¿Existen acuerdos entre EE.UU. y Cuba que rijan la política migratoria?
Sí, en 1984, 1994 y 1995 y el 2017. Esos acuerdos siguen vigentes, pero fueron modificados durante la presidencia de Barack Obama en enero del 2017. Ese acuerdo compromete a Estados Unidos a “garantizar la migración legal desde la República de Cuba con un mínimo de 20,000 personas al año”.
Washington, que redujo el personal de la embajada en La Habana a raíz de inexplicables incidentes sanitarios en el 2017, quedó desde entonces muy lejos de ese compromiso, pero prometió acelerar la tramitación de visas para los cubanos y reanudar algunos servicios consulares en mayo.
El mismo acuerdo del 2017 compromete a Cuba a “recibir de vuelta a todos los nacionales cubanos que se descubra que han intentado entrar o permanecer irregularmente en ese país en violación de la ley de Estados Unidos”.
Cuba no ha aceptado deportaciones de nacionales cubanos a través de vuelos chárter o comerciales desde Estados Unidos durante al menos seis meses, dijo a Reuters una fuente del gobierno estadounidense con conocimiento del asunto.
¿Trabajan las dos partes para resolver la crisis?
Ambos países valoraron de forma positiva las conversaciones de alto nivel sobre migración celebradas en abril, aunque no llegaron a ningún acuerdo firme.
Un funcionario estadounidense calificó las conversaciones como “el comienzo de un buen diálogo”, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba dijo que eran, “sin duda, una señal positiva”.