Casi desde el momento en que Argentina reestructuró US$65,000 millones de deuda hace tres años, los inversionistas han estado apostando a que el próximo default está a la vuelta de la esquina. Esta semana, tuvieron una imagen más clara de quién podría ser su socio negociador cuando llegue el momento, y no están nada de contentos.
A medida que los operadores hacen el balance antes de lo que esperan que termine convirtiéndose en la cuarta renegociación de la deuda del país en dos décadas, los bonos extranjeros han caído a un mínimo de dos meses. La baja sigue a un impactante resultado en las primarias del domingo, que mostró que los votantes apoyan a un economista libertario con propuestas radicales para dolarizar la economía y sacar a Argentina de su incesante crisis económica.
Javier Milei, congresista outsider que obtuvo un tercio de los votos en las primarias previas a las elecciones presidenciales de octubre, es un agitador que a menudo es comparado con Donald Trump o el brasileño Jair Bolsonaro. Si bien ha dicho muy poco sobre el problema de la deuda de Argentina o la relación del país con los acreedores, los inversionistas están preocupados por las implicaciones de negociar con un populista poco conocido cuando llegue la casi inevitable reestructuración.
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“Es un outsider y los votantes están frustrados”, dijo Jared Lou, gerente de cartera de William Blair “Si finalmente se convierte en presidente, no está claro qué propuestas políticas podría implementar, dado que es probable que enfrente una oposición significativa en el Congreso”.
La votación del domingo provocó una venta masiva de los bonos extranjeros de la nación, lo que hizo que la deuda volviera a caer por debajo de los 30 centavos por dólar. El mismo día, el Gobierno también devaluó el peso, una medida que los analistas habían considerado necesaria durante mucho tiempo, pero que de todos modos llegó en un momento inesperado.
Mientras tanto, Wall Street está reexaminando sus suposiciones sobre cómo será la próxima reestructuración, ya que empresas desde Credit Suisse hasta Wells Fargo predicen que Milei es el favorito para asumir la presidencia en diciembre.
“Con base en la larga historia de defaults y reestructuraciones de deuda del país, no consideramos que los bonos soberanos argentinos sean adecuados para una estrategia de inversión de mantener hasta el vencimiento, sino solo para inversionistas orientados al comercio con un alto apetito por el riesgo”, dijo Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de América en UBS AG, en Nueva York. “También advertimos contra asignaciones considerables en carteras de inversión”.
Como señala la nota de Czerwonko, los problemas de la deuda no deberían sorprender a quienes han invertido en Argentina desde hace largo tiempo, que se han estado preparando para el décimo default del país desde el momento en que la nación salió del noveno. Después de que los administradores de dinero obtuvieran alrededor de 55 centavos por dólar en la última reestructuración, los valores se desplomaron casi de inmediato a menos de 40 centavos, una señal de que los inversionistas esperaban que el incumplidor en serie volviera a sus viejos hábitos.
Los inversionistas están tan seguros de que Argentina se dirige a otro default debido a que no ha logrado acumular reservas internacionales antes de una gran cantidad de pagos de bonos que debe realizar a partir del próximo año. Las reservas del banco central se han reducido a un mínimo de 17 años mientras la economía se dirige hacia su sexta recesión en una década.
Ahora, Wall Street está tratando de determinar cuánto puede esperar en la próxima reestructuración. El caso base de Czerwonko es que los inversionistas obtengan un promedio de 40 centavos por dólar por sus bonos con un rendimiento de salida de alrededor del 15%, sin un recorte importante en el principal de los instrumentos.
Argentina —que casi no ha pagado intereses desde 2020— tiene US$2,600 millones en pagos que vencen el próximo año y US$5,600 millones que vencen en 2025, según el analista de Morgan Stanley Simon Waever. Él cree que los bonos podrían valer alrededor de 43 centavos por dólar si el próximo Gobierno retrasa los pagos por otros cuatro años en promedio.
En el mejor de los casos, si Argentina evita un default —lo que es improbable—, Waever prevé que los bonos aumentarán a alrededor del 50% de su valor nominal.
Las primarias “no trajeron la claridad que esperaba el mercado, incluso si queda una vía hacia el caso alcista”, escribió Waever, quien recomienda los bonos baratos de Argentina con vencimiento en 2046.
Carrera a la derecha
Los bonos de referencia con vencimiento en 2030 habían subido hasta 36 centavos por dólar en el período previo a la votación, desde un mínimo de 24 centavos a mediados de abril. El repunte fue alimentado por la especulación de que la política de la nación se inclinaría hacía la derecha en las próximas elecciones, a medida que los votantes cambiaban la tendencia para derrocar al Gobierno del presidente Alberto Fernández, durante el cual se ha agudizado la crisis.
Pero la principal coalición de centro-derecha obtuvo solo el 28% de los votos, en comparación con el 27% del apoyo recibido por el partido gobernante, lo que deja a Milei como el claro favorito antes de la elección presidencial. Su competidora más cercana podría ser Patricia Bullrich, exministra de Seguridad de línea dura de la coalición opositora promercado.
Incluso se prevé que el actual ministro de Economía, Sergio Massa, ―cuya coalición quedó rezagada el domingo por la noche― viraría a la derecha si su partido permaneciera en el poder.
“El comercio electoral basado en el ‘cambio’ del panorama político sigue en juego”, según el estratega de Citigroup Dirk Willer, quien recomienda vender los bonos argentinos con vencimiento en 2030 y comprar instrumentos más baratos con vencimiento en 2035.
Sin duda, los resultados están lejos de ser seguros dado que los tres principales sectores políticos del país cuentan con niveles similares de apoyo. La participación en las primarias fue solo de alrededor del 70% del electorado, y no está claro si los votantes cuyos candidatos fueron eliminados el domingo permanecerán con su coalición o migrarán hacia otro candidato en la primera vuelta de octubre.
También es probable que la elección presidencial vaya a una segunda vuelta en noviembre, lo que sucede cuando el principal candidato no recibe el 45% de los votos válidos en la primera ronda, o no logra obtener el 40% de las preferencias con una ventaja del 10% sobre quien queda en segundo lugar.
Todos las complicaciones que se avecinan significa que es probable que los bonos de Argentina se desplomen en los próximos meses, según Diego Ferro, fundador de M2M Capital en Nueva York y exsocio de Greylock Capital Management.
“Dudo que hayamos visto los mínimos antes de las elecciones”, dijo. “Una vez que se elija a un candidato, cualquiera de ellos intentará ser más favorable al mercado, pero eso no significa que los desafíos no seguirán existiendo”.
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