La invasión de Rusia a Ucrania amenaza el suministro mundial de alimentos, advirtió el fabricante noruego de fertilizantes Yara International, que agregó que la comunidad internacional debe reducir su dependencia de las materias primas rusas para la agricultura.
Ucrania y Rusia son grandes exportadores de algunos de los alimentos más esenciales, y en conjunto representan alrededor del 29% de las exportaciones mundiales de trigo, el 19% de los suministros globales de maíz y el 80% de las exportaciones de aceite de girasol.
Pero Rusia también exporta nutrientes para cultivos, así como gas natural, lo que es fundamental para producir fertilizantes a base de nitrógeno. Yara dijo que, en total, el 25% del suministro europeo de nitrógeno, potasio y fosfato, nutrientes cruciales para los cultivos, proviene de Rusia.
“Con las condiciones geopolíticas desequilibradas, las mayores fuentes de materia prima para la producción de alimentos en Europa están sujetas a limitaciones y no hay alternativas a corto plazo”, dijo Yara en un comunicado.
La empresa noruega, uno de los mayores productores de fertilizantes del mundo, abastece al sector agrícola de Ucrania y es un gran comprador de materias primas de Rusia, como fosfato y potasa. El país también suministra gas natural a las plantas europeas de fertilizantes nitrogenados.
David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), afirmó la semana pasada que la guerra en Ucrania tendría un impacto dramático en la logística para llegar a los 120 millones de personas a las que alimenta, y agregó que los costos de alimentos, combustible y envíos “se dispararían”, en lo que describió como “una catástrofe absoluta”.
Los futuros del trigo se han disparado en los últimos días por la preocupación de que la invasión rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero y que Moscú llama una “operación especial”, continúe afectando los envíos de granos desde la región del Mar Negro.
“Una posible consecuencia es que solo la parte más privilegiada de la población mundial tenga acceso a suficientes alimentos”, indicó Yara, y agregó que si bien los precios altos pueden tener un impacto positivo a corto plazo en las ganancias, implicarán un sistema alimentario insostenible, lo que conduciría a al hambre y al conflicto a largo plazo.
“Por lo tanto, es crucial que la comunidad internacional se una y trabaje para asegurar la producción mundial de alimentos y reducir la dependencia de Rusia, aunque la cantidad de alternativas hoy en día es limitada”, dijo Yara.
Los precios de los fertilizantes aumentaron considerablemente en los últimos meses del 2021, siguiendo los crecientes costos del gas natural. Esto, a su vez, está provocando un aumento de los precios de los alimentos, lo que podría provocar una hambruna para las poblaciones más vulnerables, advirtió Yara en octubre.