Israel bombardeó este jueves la Franja de Gaza y se vio confrontado a disparos de artillería desde Líbano, al día siguiente de que el líder del movimiento chiita Hezbolá amenazara con una réplica contundente si el Estado hebreo lanzaba una ofensiva general en su frontera norte.
Hezbolá, aliado del movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en Gaza, anunció que bombardeó el norte de Israel en represalia por la muerte de uno de sus combatientes en un ataque israelí.
El ejército israelí confirmó que “eliminó” a un comandante de Hezbolá. También bombardeó una base de “lanzamiento de misiles tierra-aire” del movimiento basado en Líbano y financiado por Irán.
El jefe de Hezbolá, Hasan Nasrallah, advirtió el miércoles que “ningún lugar” de Israel estaría a salvo si el gobierno israelí abriese un nuevo frente en su frontera norte.
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El jefe del ejército israelí, el general Herzi Halevi, afirmó que su país tiene “capacidades infinitamente superiores” a las de Hezbolá.
La frontera entre Israel y Líbano es escenario de duelos de artillería casi diarios desde el inicio el 7 de octubre de la guerra entre el Estado hebreo y Hamás en Gaza.
La ofensiva israelí no da tregua en ese estrecho territorio de 2.4 millones de habitantes, devastado por más de ocho meses de guerra.
En el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro, dos personas murieron en un bombardeo, indicaron fuentes médicas.
Testigos reportaron disparos de tanques israelíes en Zeitun, un barrio de Ciudad de Gaza, en el norte, y en los campos de Bureij y Maghazi.
En Rafah, en el extremo sur del territorio de 2.4 millones de habitantes, se libran enfrentamientos entre soldados israelíes y combatientes palestinos, indicó una fuente del brazo armado de Hamás.
Tensiones entre Israel y EE.UU.
La guerra se desencadenó el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.194 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 personas permanecen secuestradas en Gaza, 41 de las cuales habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado al menos 37.431 muertos en Gaza, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrenta una oleada de críticas internas y externas por su gestión de la guerra y por no haber logrado la liberación de los rehenes.
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Pero el mandatario, al frente de una coalición de fuerzas nacionalistas, ultraconservadoras y ortodoxas judías, afirma que proseguirá la guerra hasta “aniquilar” a Hamás, considerado como organización “terrorista” por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos.
Un emisario del presidente estadounidense Joe Biden, Amos Hochstein, que visitó esta semana Israel y Líbano, juzgó “urgente” disminuir las tensiones en la frontera con Líbano y defendió el plan de tregua para Gaza presentado el 31 de mayo por Biden.
La relación entre Biden y Netanyahu es complicada. La Casa Blanca tachó este jueves de “profundamente decepcionantes y ciertamente ofensivas” las declaraciones del primer ministro sobre retrasos en la entrega de ayuda militar estadounidense a Israel.
“Estoy dispuesto a sufrir ataques personales siempre que Israel reciba de Estados Unidos los pertrechos que necesita en la guerra por su existencia”, afirmó Netanyahu este jueves en un comunicado.
“Ningún lugar al resguardo”
El ejército israelí anunció el martes que tenía lista una “ofensiva” contra Hezbolá tras semanas de intensificación de los disparos desde ambos lados de la frontera.
El canciller israelí, Israel Katz, amenazó con destruir a Hezbolá en una “guerra total”.
“El enemigo sabe muy bien que nos hemos preparado para lo peor (...) y que no habrá ningún lugar (...) al resguardo de nuestros cohetes”, declaró el miércoles el líder de Hezbolá.
Nasrallah amenazó también a Chipre, afirmando que este país del Mediterráneo oriental, miembro de la Unión Europea, sería considerado como “parte de la guerra” si autorizase a Israel a usar sus aeropuertos y bases para atacar Líbano.
“Chipre no está implicada de ninguna forma en esta guerra”, aseguró el presidente chipriota, Nikos Christodoulides, en un comunicado.
Más de ocho meses de enfrentamientos entre Hezbolá y el ejército israelí dejaron al menos 479 muertos en Líbano, la mayoría combatientes de Hezbolá, según un recuento de AFP que incluye a 93 civiles.
En el lado israelí murieron al menos 15 soldados y 11 civiles, según Israel.
La guerra en Gaza avivó también la violencia en Cisjordania ocupada.
El Ministerio de Salud palestino aseguró este jueves que las fuerzas israelíes mataron a un adolescente palestino en la ciudad de Qalqilya. El ejército israelí señaló que sus tropas dispararon contra alborotadores.
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