La cancillería rusa rechazó el domingo la afirmación británica de que Rusia quiere reemplazar al gobierno de Ucrania por otro afín a Moscú, y que se estaba considerando al exparlamentario ucraniano Yevheniy Murayev como posible candidato.
La Oficina de Exteriores de Gran Bretaña también mencionó el sábado a varios políticos ucranianos que según dijo tenían lazos con los servicios rusos de inteligencia, junto con Murayev, que lidera un pequeño partido prorruso sin representación parlamentaria.
Esos políticos incluyen a Mykola Azarov, quien fue primer ministro con Viktor Yanukovych, el presidente ucraniano derrocado en un levantamiento de 2014, y el exjefe de gabinete de Yanukovych, Andriy Kluyev.
“Algunos de estos tienen contacto con oficiales de inteligencia rusos que actualmente están involucrados en la planificación de un ataque contra Ucrania”, dijo la oficina británica.
El partido Nashi de Murayev —que se llama igual que el antiguo movimiento juvenil ruso que apoyó al presidente Vladimir Putin— es considerado simpatizante de Rusia, pero Murayev rechazó el domingo y lo caracterizó como pro-Rusia.
“El tiempo de los políticos pro-occidentales y pro-rusos en Ucrania se ha ido para siempre”, dijo en una publicación de Facebook. Poco antes de que se hiciera pública la declaración británica, publicó su rostro superpuesto en un póster de la película James Bond y el comentario “Detalles mañana”.
El gobierno británico dijo que sus afirmaciones se basaban en información de inteligencia y no presentó pruebas para respaldarlas. Las tensiones entre Moscú y Occidente en torno a los planes rusos para Ucrania han subido en las últimas semanas.
“La desinformación difundida por la Oficina de Exteriores británica es una prueba más de que son los países de la OTAN, liderados por los anglosajones, los que están subiendo la tensión en torno a Ucrania”, indicó el domingo la vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia Maria Zakharova en la plataforma de mensajes Telegram. “Pedimos a la Oficina de Exteriores británica que detenga la actividad provocadora, deje de difundir tonterías”.
La secretaria británica de Exteriores, Liz Truss, dijo que la información “arroja luz sobre el alcance de la actividad rusa diseñada para socavar a Ucrania, y es un indicador de las deliberaciones del Kremlin”.
Truss instó a Rusia a “desescalar, poner fin a sus campañas de agresión y desinformación y seguir una vía diplomática”, y reiteró la postura británica de que “cualquier incursión rusa en Ucrania sería un enorme error estratégico con graves costes”.
Gran Bretaña ha enviado armas antitanque a Ucrania dentro de los esfuerzos por redoblar sus defensas ante un posible ataque ruso.
En medio de los esfuerzos diplomáticos para desactivar la crisis, estaba previsto que el secretario británico de Defensa, Ben Wallace, se reuniera en Moscú con el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu. No se había fijado una fecha para el encuentro, que sería el primer diálogo bilateral de defensa entre Moscú y Londres desde 2013.
Estados Unidos ha emprendido una agresiva campaña en los últimos meses para unificar a sus aliados europeos contra una nueva invasión rusa en Ucrania. La Casa Blanca describió las acusaciones del gobierno británico como “muy preocupantes” y expresó su apoyo al gobierno electo de Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pasó el sábado en la finca presidencial de Camp David, a las afueras de Washington, reunido con su equipo de seguridad nacional para tratar la situación en Ucrania.