La variante ómicron, que se está extendiendo en el sur de África y se ha detectado en más de 30 países, ha suscitado el temor a que pueda socavar considerablemente la eficacia de las vacunas contra el COVID-19.
Sin embargo, mientras los científicos se apresuran a comprender todas las consecuencias de ómicron, algunos también se preguntan si esta nueva versión del coronavirus podría causar una enfermedad más leve que la de sus predecesores. Si bien advierten que es demasiado pronto para sacar conclusiones, esto es lo que se sabe hasta ahora:
¿Qué muestran los datos?
Las pruebas de los primeros casos de la nueva variante son limitadas.
Entre los 70 casos notificados en Europa que incluían información sobre la gravedad de la enfermedad, la mitad de los pacientes no presentaban síntomas y la otra mitad tenían síntomas leves, según un informe publicado el jueves por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades.
No hubo casos de enfermedad grave, hospitalización o muerte. Sin embargo, la agencia europea dijo que necesita datos de cientos de casos para evaluar con precisión las complicaciones de la enfermedad, lo que podría llevar varias semanas.
Además, la mayoría de los casos detectados en Europa hasta ahora se han producido en personas más jóvenes que estaban totalmente vacunadas, lo que hace menos probable que sufran una enfermedad grave.
En Sudáfrica, donde el número diario de casos de COVID-19 notificados se duplicó el miércoles hasta alcanzar los 8,561, los síntomas de los pacientes reinfectados y de los infectados tras la vacunación parecen ser leves.
“Algunas pruebas de Sudáfrica sugieren que en realidad puede causar una enfermedad más leve, pero advierto que muchos de los pacientes de Sudáfrica se encontraban inicialmente entre jóvenes estudiantes universitarios”, dijo el doctor Carlos Del Río, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory en Atlanta, durante una sesión informativa en línea de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.
¿Es ómicron una versión “menos apta” del coronavirus?
Mientras siguen apareciendo datos sobre infecciones en terreno, los científicos están realizando estudios de laboratorio para descifrar ómicron.
La variante tiene unas 50 mutaciones que no se habían visto antes en combinación, incluidas más de 30 mutaciones en la proteína de espiga que el coronavirus usa para adherirse a las células humanas. Las vacunas que se están usando apuntan a esa proteína.
“Normalmente, cuando los virus acumulan muchas mutaciones, pierden algo de aptitud”, dijo el doctor John Wherry, director del Instituto de Inmunología de Penn en Filadelfia. Ciertas mutaciones de ómicron pueden afectar a la capacidad del virus para dividirse, cambiando el comportamiento de la proteína de la espiga, señaló.
Algunos científicos han planteado la teoría de que ómicron puede haberse desarrollado durante unos meses en un individuo inmunodeprimido, como un paciente con VIH en el sur de África. De ser así, “el virus se adaptó para no matar a ese huésped”, afirmó Wherry.
Existen otras teorías que sostienen que la más reciente variante evolucionó a partir de un huésped animal.
¿Se convertirá ómicron en la variante dominante?
La otra cuestión central en torno a ómicron es si superará a la variante delta, que sigue representando la inmensa mayoría de las infecciones conocidas en todo el mundo.
Si ómicron se convierte en la variante dominante, pero causa una enfermedad más leve, podría marcar un punto de inflexión para que el virus se convierta finalmente en una amenaza estacional, como la gripe, dijo Sumit Chanda, investigador de enfermedades infecciosas del Departamento de Inmunología y Microbiología de Scripps Research en San Diego.
La agencia de salud pública de la Unión Europea informó el jueves pasado que la variante ómicron podría ser responsable de más de la mitad de todas las infecciones de COVID-19 en Europa dentro de unos meses.
Mientras se investiga ómicron, los expertos en la enfermedad afirman que la gente debe permanecer alerta contra el coronavirus, vacunándose inicialmente o recibiendo vacunas de refuerzo, así como usando mascarillas en lugares cerrados o concurridos, ventilando las habitaciones y lavándose las manos.