Recientemente, se conocieron los resultados del World Happiness Report 2018, que estaba encabezado por Finlandia seguido de cerca por Noruega, Dinamarca, Islandia, Suiza y los Países Bajos.
Los países nórdicos ocupan cuatro de los cinco primeros lugares y son bien conocidos por ser estables, seguros y socialmente progresivos. Hay muy poca corrupción y se confía en la policía y los políticos. En este listado, el Perú ocupó el puesto 65 de 156 países.
¿Dinero = felicidad?
Pero algunas de las naciones más ricas del mundo, incluidos Estados Unidos y Japón, se encuentran mucho más abajo en la lista.
La disparidad entre riqueza y felicidad ha llevado a los legisladores a ampliar su alcance y buscar otros indicadores para evaluar la salud de las naciones, en lugar de simplemente medir el éxito económico a través del PBI.
Pero la felicidad, o el bienestar, es subjetiva y notoriamente difícil de cuantificar.
Este informe se basa en encuestas internacionales en las que se pidió a miles de encuestados que imaginen una escalera con los pasos numerados del 0 al 10 y digan dónde se sintieron.
Y cita seis factores importantes que contribuyen a la felicidad: PBI per cápita, apoyo social, esperanza de vida, libertad para elegir opciones de vida, niveles de generosidad y corrupción.
Caídas
Aunque los Estados Unidos tienen una alta calificación por ingreso per cápita, solo ocupa el lugar 18 entre 156 países, sustancialmente por debajo de la mayoría de las naciones comparablemente ricas.
Esto se debe a que tiene un rendimiento bajo en las medidas sociales: la esperanza de vida ha disminuido, la desigualdad ha crecido y la confianza en el gobierno ha disminuido.
El economista Jeffrey Sachs, que fue uno de los editores del informe, dijo que el hecho de que Estados Unidos siguiera cayendo en los rankings era muy preocupante y reveló un profundo estrés entre sus ciudadanos.
"Creo que realmente hay una señal profunda y muy inquietante que viene de que la sociedad estadounidense está en muchos aspectos bajo un profundo estrés, a pesar de que la economía, según las medidas tradicionales, está bien", dijo.
"Las tendencias no son buenas, y la posición comparativa de los Estados Unidos en relación con otros países de altos ingresos es alarmante", añadió.
Sachs destaca tres enfermedades interrelacionadas que deben abordarse: obesidad, abuso de sustancias (especialmente la crisis de opioides) y depresión.
Estados Unidos tiene una de las tasas más altas de obesidad y la tasa más alta de uso de antidepresivos en el mundo.
Y la difícil situación de los Estados Unidos se presenta como un ejemplo pertinente de por qué los economistas están cada vez más preocupados por medir la felicidad en lugar de la riqueza.
Mudarse a un país feliz
El informe también trató de evaluar cómo la migración afecta la felicidad, y encuestó por primera vez los niveles de felicidad de los inmigrantes en cada país.
Descubrió que la felicidad de los inmigrantes de un país es casi idéntica a la de una población más amplia, y las personas se ajustan al nivel de felicidad promedio del país al que se mudan.
Esto sugiere que la felicidad se trata menos de normas y actitudes culturales y, en cambio, está muy influida por el entorno y la calidad de vida que un país puede ofrecer.
Una persona que se muda a un país más arriba en la lista de la felicidad, por ejemplo, es probable que se vuelva más feliz, mientras que una persona que se mude a un país más abajo en la lista también se sentirá más infeliz.
Y Finlandia no solo tiene a las personas más felices, sino también a los inmigrantes más felices.
Fuente: Foro Económico Mundial