Más del 90% de los venezolanos no reciben agua potable de manera continua, denunció la exdiputada opositora Nora Bracho, quien destacó la importancia de su suministro ante la pandemia de COVID-19.
“Lamentablemente el problema del servicio de agua potable en Venezuela sigue ganando terreno y se agudiza por el riesgo que tenemos los venezolanos ante la pandemia mundial de COVID-19”, dijo Bracho, según recoge un comunicado opositor.
En este sentido, subrayó que el agua “es un derecho humano y el país dista mucho” de garantizarlo, pese a que es “un elemento esencial para hacer efectivas otras prerrogativas como la salud y la alimentación”.
Al respecto, afirmó que desde hace más de 20 años, apenas se ha invertido para crear nuevas fuentes de agua o en adecuar las instalaciones de potabilización.
Por su parte, el también exparlamentario Gilmar Márquez señaló que el servicio del agua potable en el país “es caótico”, y la que llega a los hogares “no es apta para el consumo humano”.
Recordó que la mayoría de las hidrológicas regionales fueron intervenidas como es el caso Aguas de Mérida y la Hidrológica del Lago de Maracaibo (HidroLago), lo que, a su juicio, ha afectado la vida de los ciudadanos de esos estados “por la desidia y la burocracia que reina en esas empresas para dar respuesta a cualquier denuncia en esta materia”.
El escaso suministro de agua, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, obliga a muchos venezolanos a acudir a manantiales para obtenerla y subsanar así sus necesidades cotidianas de higiene, salud y nutrición.
La también exlegisladora Deyalitza Aray aseguró que el Gobierno de Nicolás Maduro “no tiene ningún tipo de planificación para resolver la problemática del agua potable en el país” y resaltó el caso del céntrico estado Carabobo “porque hay suficientes elementos que demuestran la desidia, la dejadez pero sobre todo, la corrupción”.
“Basta revisar el presupuesto, cada ley de endeudamiento con programas pomposos, reclamos de inversión y designación de recursos, que nunca se materializaron, mientras que en la población se hace más difícil lograr un agua dentro de los estándares mundiales”, concluyó.