“¡Hola a todos! Bienvenidos a un nuevo video”, exclama la youtuber cubana Yoliene Navarro frente al móvil. Con más de 50,000 suscriptores, esta joven forma parte de los 7.7 millones de usuarios que se han volcado a las plataformas digitales a menos de cuatro años de que el país activara la red 3G.
La grabación, en la que hace un recorrido por una tienda en divisas de la capital –en las que se venden alimentos y electrodomésticos a precios fuera del alcance de un buen número de cubanos– supera las 360,000 visualizaciones. Es una ventana hacia la Cuba del día a día para sus suscriptores, principalmente de Estados Unidos, México y España.
“Yo me di cuenta de que la gente quería saber de mí y de mi país”, relata en una videollamada por Zoom esta dentista de 27 años. Pese a su efervescente éxito en un canal con menos de dos años, ella nunca antes había utilizado Youtube.
Navarro forma parte de una generación que conoció a los influencers a través del conocido popularmente en Cuba como “el paquete”, discos duros que hasta hoy se siguen vendiendo en la isla y que contienen un terabyte de contenidos descargados de internet para disfrutar sin conexión.
Esta realidad cambió bruscamente con la entrada de los datos móviles en la isla. Y se hizo notoria para el resto del mundo durante las protestas antigubernamentales de julio pasado, transmitidas en directo por Facebook.
La gran revolución digital llegó en diciembre del 2018, cuando el gobierno activó el internet 3G, algo cotidiano en el resto del mundo pero que entonces se convirtió en una novedad para un país acostumbrado a consumir un internet “offline” o a coger wifi durante unas pocas horas en algunas plazas públicas.
El ascenso de usuarios ha sido notable. Si en el 2013, antes de que se habilitaran los puntos WiFi, en Cuba un 28% de su población utilizaba internet, esta cifra aumentó al 68% en el 2019, tan solo un año después de la llegada de la 3G, según las últimas cifras disponibles del Banco Mundial (BM).
Distintas asociaciones independientes y expertos en la materia cifran el total en 7.7 millones de usuarios en un país de 11.2 millones de habitantes.
Los usos más habituales incluyen grupos de WhatsApp, Telegram y Facebook en los que se anuncian cosas de interés general como lugares para conseguir ciertos alimentos, medicinas o para revisar el tipo de cambio con respecto al dólar en el mercado informal.
“Al final, uno usa las redes sociales para satisfacer sus necesidades y estas necesidades muchas veces pasan por lo más básico, como encontrar productos”, apunta la profesora en la Universidad Jaume I y coeditora del libro “Cuba’s Digital Revolution” (La revolución digital de Cuba) Sara García.
Esta investigadora en asuntos de comunicación especializada en Cuba también añade que las redes en el país caribeño, como cualquier otro, son de uso cotidiano y, sobre todo, para entretenimiento.
“Desde los países occidentales se esperaba que la gente en Cuba, cuando tuviese internet, se pusiera a leer noticias políticas y organizar manifestaciones cuando en verdad sus necesidades eran mucho más sencillas”, indica.
Facebook, la red reina
Si en el resto de Occidente el dominio en redes de los últimos años se ha centrado en el tándem TikTok-Twitch, este no ha sido el caso en las preferencias de los cubanos.
Facebook es la red social hegemónica en la isla. La propuesta de Mark Zuckerberg –que ha sufrido una caída de usuarios en el mundo durante el 2022– concentró el 77% de participación durante el 2021, de acuerdo con datos de la web de análisis de tráfico digital Statcounter.
Estas preferencias van en sentido contrario con respecto a Occidente y se explican por varios motivos, según los expertos.
“No es un atraso. Los cubanos estarían en TikTok o Instagram, como el resto del mundo, si no fuera porque esas apps requieren una conexión constante y de buena calidad”, señala Ted Henken, profesor de Sociología y Estudios Latinoamericanos en el Colegio Baruch de Nueva York y también coeditor del libro “Cuba’s Digital Revolution”.
Cortes selectivos y una red lenta
Cuba ocupa la posición 141 de 144 en velocidad de internet móvil, según el informe del 2021 de la herramienta de análisis estadounidense Speedtest.
Yoliene Navarro ha sufrido los problemas de conexión en carne propia cada vez que ha intentado subir contenido a su canal.
“Me demoraba hasta dos horas y muchas veces cuando llegaba a las dos horas se reiniciaba y tenía que volver a subirlo desde el principio... era un caos”, se queja. Ahora espera a la madrugada, cuando la demanda baja, para colgar los videos.
Sin embargo, los problemas no solo se reducen a la velocidad del internet. Los analistas alertan de que el gobierno ha hecho cortes selectivos de la red en momentos de tensión o focalizados a medios independientes o disidentes.