Las vacunas contra el COVID-19 han salvado alrededor de 470,000 vidas entre mayores de 60 años en Europa, de acuerdo con un estudio difundido por la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio, que no incluye las vidas salvadas por vacunar a gente menor de 60 años o por el efecto indirecto de las vacunas al reducir la transmisión del virus, incluye a 33 países, entre ellos, España, Reino Unido, Portugal, Francia, Italia, Suecia, Austria y Polonia.
La cifra sale de contabilizar el número de muertes entre adultos de más de 60 años en esos países que habrían ocurrido sin vacunas, usando el recuento semanal de fallecimiento como referencia y calculando la diferencia entre las estimaciones y el número real, desde diciembre del 2020 a noviembre de este año.
“El COVID-19 ha provocado un número de víctimas devastador en nuestra región, pero ahora podemos decir categóricamente que sin las vacunas como herramienta para contener esta pandemia, mucha más gente habría muerto”, señaló en un comunicado el director de OMS-Europa, Hans Kluge.
Kluge calificó las vacunas de “maravilla de la ciencia moderna” que han logrado lo que prometían, salvar vidas y ofrecer alta protección contra la enfermedad severa, recordando que la cifra de muertos habría sido el doble en algunos países.
El estudio, realizado conjuntamente con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), resalta que la cobertura de vacunas en mayores de 60 años en los países incluidos varía mucho, desde el 20% al 100%.
La investigación estima que fue en países en los que se empezó antes a vacunar y la vacunación en ese grupo fue mayor donde se salvaron más vidas y que en otros el efecto de la inmunización fue limitado porque o el proceso fue más lento o transcurrió en paralelo con el uso de intervenciones no farmacéuticas.
“Las consecuencias de los bajos índices de vacunación en algunos países se están reflejando en sistemas de salud saturados y altas cifras de mortalidad. Urgimos a los países a seguir insistiendo en cerrar las brechas de inmunización, sobre todo en las personas más vulnerables”, apuntó la directora del ECDC, Andrea Ammon.
La OMS recuerda que las vacunas son parte de un conjunto de herramientas y que, por sí solas, no terminarán con esta crisis sanitaria, por lo que son necesarias otras medidas, entre las que menciona las mascarillas en interiores, la distancia física, la higiene de manos y la ventilación.
“Hasta que la pandemia se haya acabado los países deben mantener fuertes medidas de salud pública como test gratuitos, rastreo de contactos para romper las cadenas de transmisión y que las personas de grupos prioritarios se vacunen de forma urgente”, advierte la OMS.