Las vacunas contra el COVID-19 confieren una protección adicional, en especial ante la enfermedad grave, a quienes antes del pinchazo ya habían tenido el SARS-CoV-2, según dos estudios que publica The Lancet Infectious Diseases.
El primer estudio, realizado en Brasil, señaló que cuatro vacunas (CoronaVac; Oxford-AstraZeneca, Janssen y Pfizer-BionTech) dan protección adicional contra la reinfección sintomática, la hospitalización y la muerte en personas que ya han pasado el COVID-19.
Otro estudio, de tipo observacional y realizado en Suecia, concluyó que, pasados tres meses, las personas que se recuperaron del COVID-19 tuvieron un menor riesgo de reinfección hasta 20 meses después. Además, la vacunación proporcionó una protección adicional a las personas con una infección previa durante, al menos, nueve meses.
Ninguno de los dos estudios incluye el análisis de la reinfección a partir de las variantes omicrón.
Las vacunas han demostrado su alta efectividad para prevenir la infección sintomática y la hospitalización entre aquellos que antes no habían pasado el COVID-19, pero estaba menos claro en quienes sí la habían sufrido.
El autor principal del primer estudio, Julio Croda, de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sur, dijo que entender la duración y efectividad de la inmunidad para los vacunados con un diagnóstico previo de COVID-19 es cada vez más importante según avanza la pandemia y pueden darse repuntes por variantes más transmisibles.
En el estudio realizado en Brasil, entre las personas que habían sufrido COVID y después se vacunaron la efectividad contra la reinfección sintomática fue del 39% para CoronaVac; 56% con AstraZeneca; 44% para Janssen y 65% para Pfizer.
La efectividad contra la hospitalización y la muerte con CoronaVac fue del 90%; Astrazeneca (58%); Janssen y Pfizer (90%).
“Ha habido un debate público continuo sobre la necesidad de vacunar a las personas previamente infectadas. Nuestros resultados sugieren que los beneficios de la vacuna superan con creces cualquier riesgo potencial y apoyan los argumentos a favor de la vacunación, incluida la serie completa de vacunas, entre las personas con una infección previa por SARS-CoV-2″, afirmó Croda.
El estudio realizado en Suecia examinó tanto la protección a largo plazo por la infección previa, como el potencial de protección adicional generado por la inmunidad híbrida (una combinación de inmunidad impulsada por la infección y la vacuna).
Los resultados señalaron que la infección previa con SARS-CoV-2 reducía el riesgo de reinfección en un 95% y la hospitalización en un 87% desde los tres meses hasta los 20 meses posteriores a la infección inicial.
“Como era de esperar, hubo una mayor probabilidad de hospitalización durante los tres primeros meses después de la infección inicial, lo que pone de manifiesto que la inmunidad impulsada por la infección no está exenta de riesgos”, destacó Anna Nordström, una de las firmantes del estudio de la Universidad de Umea.
Sin embargo, los que se recuperaron experimentaron una protección del 87% contra el COVID-19 durante el resto del seguimiento, que se mantuvo alta hasta los 20 meses.
La inmunidad híbrida (dos dosis de vacuna y haber pasado antes la enfermedad) redujo el riesgo de infección en un 66% en los dos primeros meses y en un 56% en los nueve meses de seguimiento.