La deforestación en las zonas protegidas de la Amazonía brasileña durante los tres años de gobierno de Jair Bolsonaro creció un 79%, frente a la devastación que sufrieron las reservas de este bioma entre el 2016 y 2018, según un estudio divulgado por el Instituto Socio Ambiental (ISA).
Entre todas las zonas protegidas, las reservas indígenas fueron las más afectadas desde que el líder de la ultraderecha llegó al poder, el 1 de enero del 2019, donde la devastación creció un 138% en comparación con la vegetación que perdieron en los tres años anteriores.
Los datos son de un análisis realizado por la organización defensora de derechos humanos Instituto Socio Ambiental (ISA), con base en los datos oficiales sobre deforestación divulgados por el Gobierno y que son recopilados de forma satelital por el estatal Instituto de Pesquisas Espaciales (INPE).
Para ello, utiliza los datos captados por el Proyecto de Monitoreamiento de la Deforestación en la Amazonía por Satélite (Prodes), sistema que mide anualmente -entre el 1 de agosto y el 31 de julio del año siguiente- las tasas de devastación en la selva y que es considerado el más confiable.
De acuerdo con el estudio, de las 268 reservas indígenas, 20 concentraron el 80% de la deforestación este año.
En el 2021 fueron devastadas 32,864 hectáreas de vegetación nativa en las tierras indígenas, el equivalente a más 18 millones de árboles derrumbados, según el análisis de ISA.
“La deforestación en las Tierras Indígenas (TI) en el 2021 fue un 18.6% menor en comparación con el año del 2020, y representa el 2.5% de la deforestación total en la Amazonía”, señala el estudio.
No obstante, los expertos de ISA apuntan que al comparar el acumulado de deforestación en estas reservas durante el actual Gobierno de Bolsonaro (del 2019 al 2021), con los tres años anteriores (del 2016 al 2018), “la deforestación de las TI experimentaron un aumento de 138%”.
Según el análisis, el territorio protegido más devastado en la Amazonía brasileña fue el Área de Protección Ambiental Triunfo Xingu, con más de 53,000 hectáreas de selva deforestadas sólo en el 2021, un aumento de 21% frente a lo reportado el año pasado.
El estudio resalta el aumento de crímenes ambientales en las reservas como la tala y la minería ilegales, los incendios provocados intencionalmente y el acaparamiento de tierras.
Asimismo, anota que el continuo crecimiento de la deforestación refleja la falta de fiscalización de las autoridades ambientales y la reducción de los presupuestos asignados para combatir este tipo de delitos, que solo en el 2021 han perdido un 40%.
La Amazonía brasileña perdió 13,235 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre agosto del 2020 y julio del 2021, la mayor área degradada para un período de doce meses en los últimos 15 años.