Brasil registró la mayor deforestación de la historia en la selva amazónica durante el mes de enero, según datos del gobierno, mientras la destrucción sigue empeorando pese a las recientes promesas del gobierno de ponerla bajo control.
La deforestación en la Amazonia brasileña alcanzó un total de 430 kilómetros cuadrados el mes pasado, cinco veces más que en enero del 2021, según los datos preliminares del satélite de la agencia gubernamental de investigación espacial Inpe.
Se trata del dato más elevado desde que comenzó la serie actual en 2015-2016 y equivale a un área de más de siete veces el tamaño de Manhattan.
Investigadores ambientales dijeron no estar sorprendidos por el avance de la destrucción, dado el debilitamiento de las protecciones ambientales por parte del presidente derechista Jair Bolsonaro.
Britaldo Soares Filho, un investigador de modelado ambiental en la Universidad Federal de Minas Gerais, dijo que los especuladores no tienen miedo a ser castigados y están despejando cada vez más los bosques para las haciendas, efectuando acaparamientos ilegales de tierras. Los altos precios de la carne de vacuno, la soja y otros productos básicos también están impulsando la demanda de tierras baratas.
“La gente podría sorprenderse de que no haya aumentado aún más”, manifestó Soares Filho. “Hay una carrera por deforestar la Amazonia”.
La oficina de Bolsonaro y el Ministerio de Medio Ambiente no respondieron de forma inmediata a la solicitud de comentarios sobre las cifras de deforestación o las políticas ambientales del gobierno.
La preservación de la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo, es vital para frenar el cambio climático debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorben sus árboles. Bolsonaro lleva mucho tiempo defendiendo una mayor explotación agrícola y minera en la Amazonia para ayudar a sacar a la región de la pobreza.