La huelga de camioneros paralizó los principales sectores de la economía de Brasil en las últimas semanas de mayo. (Foto: AFP)
La huelga de camioneros paralizó los principales sectores de la economía de Brasil en las últimas semanas de mayo. (Foto: AFP)

El número de brasileños en situación de pobreza aumentó desde 52.8 millones en el 2016 hasta 54.8 millones en el 2017, con lo que la pobreza siguió creciendo en por la profunda recesión que el país sufrió en los dos años anteriores, informó hoy el Gobierno.

El crecimiento de 4% en el número de pobres hizo con que el porcentaje de brasileños en situación de pobreza creciera de 25.7% de la población en el 2016 hasta 26.5% en el 2017, según estadísticas divulgadas por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

La pobreza crece en Brasil desde el 2015 como consecuencia de la grave crisis económica del país y luego de que las políticas sociales de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), primero con y luego con Dilma Rousseff, retirase a cerca de 30 millones de brasileños de esa condición en una década.

De acuerdo con el estudio Síntesis de Indicadores Sociales (SIS), que el IBGE elaboró con base en un amplio Estudio por Muestras de Domicilio en el 2017, el número de brasileños en situación de extrema pobreza también aumentó, en 13%, desde 13.5 millones en el 2016 hasta 15.3 millones de brasileños el año pasado.

Según los cálculos del Instituto, para eliminar la pobreza extrema en Brasil es necesario invertir 1,200 millones de reales (US$ 324.3 millones) mensuales en programas de transferencia de recursos y para eliminar la pobreza totalmente esa inversión por mes tendría que llegar a 10,200 millones de reales (unos US$ 2,756.7 millones).

El IBGE aclaró que adoptó los criterios del Banco Mundial para definir a los pobres, entre quienes incluyó a las familias con renta per cápita mensual de menos de US$ 5.50 por día, y a la población en extrema pobreza, que perciben menos de US$ 1.90 por día.

Según el analista de la Coordinación de Indicadores Sociales del IBGE, Leonardo Athias, pese a que la economía brasileña se retrajo casi 7% en el 2015 y 2016 y comenzó a recuperarse en el 2017, con un crecimiento de 1.1%, la pobreza aumentó debido a que el mercado laboral aún no había comenzado a recuperarse el año pasado.

De acuerdo con Athias, además del mayor desempleo, la pobreza aumentó por el crecimiento de los trabajadores en la informalidad y la reducción de los recursos destinados al Bolsa Familia, programa social creado por Lula y que subsidia a los más pobres.

Según los cálculos del Instituto, para eliminar la pobreza extrema en Brasil es necesario invertir 1,200 millones de reales (US$ 324.3 millones) mensuales en programas de transferencia de recursos y para eliminar la pobreza totalmente esa inversión por mes tendría que llegar a 10,200 millones de reales (unos US$ 2,756.7 millones).

El estudio mostró que el aumento de la pobreza reflejó las históricas diferencias sociales brasileñas, pues afectó más a los habitantes de la poco desarrollada región nordeste del país, donde el porcentaje de pobres pasó de 13.2% en 2016 a 14.7 % en el 2017.

Según el estudio, de los 54.8 millones de brasileños en situación de pobreza, prácticamente la mitad, unos 25.5 millones, vive en la región nordeste.

En el desarrollado sur, en cambio, el porcentaje de pobres sólo subió desde 2.4% en el 2016 hasta 2.9% en el 2017.

La pobreza igualmente afectó más a los negros y mulatos, que representan más de la mitad de la población del país e históricamente han sufrido discriminación.

Entre el 10% de los brasileños con menores rendimientos, 75.2% era negro o mulato en el 2017, en tanto que entre el 10% con las mayores rentas, tan sólo un 26.3% eran afrodescendientes.

La población más vulnerable es la de familias en las que mujeres negras o mulatas viven sin compañero y con hijos de menos de 14 años, de las que un 64.4 están en situación de pobreza.

De acuerdo con el estudio, el 10 % de los brasileños más ricos recibe una renta promedio 17.6 veces superior a la del 10 % más pobre. El 10% de los más ricos concentra el 43.1% de la renta total del país en tanto que el 40% del grupo más pobre se queda con el 12.3 %.

Según Athias, además de políticas públicas de distribución de renta, para reducir la pobreza es necesario mejorar las condiciones del mercado laboral. "Ofrecer oportunidades de trabajo y reducir el desempleo y la informalidad tienen, obviamente, una serie de efectos que permiten a las personas salir de esa situación", dijo.