La justicia canadiense decidió este miércoles la continuación del proceso de extradición a Estados Unidos de una alta ejecutiva del grupo tecnológico chino Huawei, nudo central de una grave crisis diplomática entre Pekín y Ottawa.
La jueza Heather Holmes, de la Corte Suprema de Vancouver, determinó que Meng Wanzhou, directora financiera del gigante chino de las telecomunicaciones, seguirá bajo libertad condicional a la espera de una nueva instancia del proceso en el que Estados Unidos la reclama por supuesto fraude bancario.
Esta decisión es un revés para la directora financiera del gigante chino y atizará aún más la ira de Pekín, que pide desde hace año y medio su liberación inmediata.
La ejecutiva china de 48 años, hija del fundador de Huawei, fue arrestada durante una escala en Vancouver el 1° de diciembre de 2018 y liberada bajo estrictas condiciones de confinamiento en su mansión local, con el uso continuo de una tobillera electrónica.
Para ser extraditada, la justicia estadounidense debe enjuiciar a Meng por un delito también punible en Canadá.
Los fiscales la acusan de cometer fraude al mentir a un banco estadounidense, lo cual es un delito tanto en Canadá como en Estados Unidos. También la acusan de robo de secretos comerciales de compañías estadounidenses.
Pero los abogados defensores reclamaron su liberación alegando que el caso involucra violaciones de las sanciones de Estados Unidos contra Irán, las cuales no fueron impuestas por Canadá en el momento de los presuntos delitos.
"La necesidad de doble incriminación con vistas a la extradición se puede satisfacer en este caso", escribió la jueza en su sentencia de 23 páginas. "Por lo tanto, la solicitud de la Sra. Meng es denegada".
Con esto, el asunto debe pasar a otra etapa en junio, con nuevas audiencias programadas para septiembre.
Si luego de ellas Meng recupera la libertad, el Ministerio Público tendrá 30 días para apelar la decisión de la jueza Holmes. En tal situación, Meng "sería bien aconsejada a que abandone el país", dijo el especialista en extradición Gary Botting.
Foto de familia
En una actitud algo bravucona, la empresaria china, luciendo su tobillera electrónica, posó el sábado levantando un pulgar junto a su familia y amigos en la escalinata del tribunal de Vancouver.
Pekín dejó en claro que su liberación es un requisito ineludible para la mejora de las relaciones con Ottawa y para la liberación de dos canadienses detenidos bajo sospecha de espionaje.
Michael Kovrig, un ex diplomático estacionado antiguamente en Pekín, y el consultor y empresario Michael Spavor fueron arrestados en China nueve días después del arresto de Meng en Canadá.
Ottawa llama a estas detenciones "arbitrarias" y son ampliamente vistas en Occidente como represalias.
Mientras que la número dos de Huawei vive en libertad condicional en una de sus dos lujosas residencias en Vancouver, los dos canadienses han estado encarcelados durante más de 500 días y solo tienen derecho al acceso consular por cuentagotas.
China también ha bloqueado miles de millones de dólares en exportaciones agrícolas canadienses.
Liberación inmediata
Washington acusa a Meng de haber mentido al banco HSBC sobre la relación entre Huawei y Skycom, una subsidiaria que vendió equipos de telecomunicaciones a Irán, lo que expuso al banco a una eventual violación de las sanciones estadounidenses decretadas contra Teherán por su programa nuclear.
El fiscal se refirió a una presentación realizada en el 2013 en Hong Kong, en la que Meng dijo a ejecutivos de HSBC que Huawei ya no era propietaria de Skycom y que había renunciado a su junta directiva.
Pero la fiscalía aduce que esa declaración fue engañosa, porque Huawei controlaba las operaciones de Skycom en Irán y mantenía el control de sus arcas.
"Mentir en un banco de servicios financieros es fraude", consideró el Ministerio Público.
Por el contrario, la defensa argumenta que las sanciones de Estados Unidos contra Irán son "la base de los cargos en este caso".
El martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China pidió a Canadá "que corrija sus errores y libere inmediatamente a la Sra. Meng, y que se asegure de que regrese a China de manera segura".
El primer ministro Justin Trudeau insistió en dejar que los tribunales decidan el destino de Meng y sostuvo que China “no entiende” que el sistema de justicia canadiense es independiente al seguir vinculando la detención de los dos canadienses con el arresto de la ejecutiva.