El Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) advierte de una inflación de hasta el 7% por la guerra en Ucrania y de hasta el 10% en caso de un embargo al gas y petróleo rusos.
“Si hay un embargo de petróleo y gas o si (el presidente ruso Vladímir) Putin cierra el grifo del gas, es posible que haya tasas de inflación de hasta el 10%”, afirmó el presidente del DIW, Marcel Fratzscher, en el podcast “Wochentester” del “Kölner Stadt-Anzeiger” y la red de medios “RedaktionsNetzwerk Deutschland” (RND).
Agregó que incluso sin esa escalada, cabe esperar tasas de inflación de entre el 6% y el 7%.
“Los políticos deben ser sinceros con la gente y decir que, si acaba habiendo un embargo y ya no hay más suministros de petróleo y gas, no nos sirven ni tres Catars ni Emiratos Árabes Unidos”, dijo.
Según Fratzscher, la única vía sensata de afrontar la situación en los próximos uno o dos años es la renuncia por parte de los consumidores.
“O sea, ir menos en coche, domingos sin coches, límite de velocidad en la autopista. Tenemos que ahorrar notablemente en calefacción. Y en las empresas con alto consumo energético habría cierres temporales. Esa es la verdad”, indicó.
No obstante, los alemanes no son ni de lejos los más afectados por la guerra, dijo, y agregó que tras Ucrania -y Rusia como Estado beligerante-, los principales perjudicados serán aquellos países que dependen de las importaciones de alimentos.
“No tenemos en cuenta que los precios de los alimentos estén subiendo. Rusia y Ucrania exportan el 30% del trigo mundial. Rusia también exporta fertilizante potásico. Un país como Egipto tiene que importar por completo el trigo. Si el precio sube un 30%, millones de personas caerán en la pobreza”, precisó.
En este sentido, dijo que lo que le horroriza es que “aún no hemos visto lo peor”.