La magnitud de las sanciones adoptadas contra Rusia por los países occidentales tras la invasión de Ucrania no tiene “precedentes”, pero todavía hay “mucho margen” para aumentarlas, afirmaron expertos ante el parlamento británico.
“Estamos en un territorio desconocido. El uso de sanciones contra un país tan integrado con occidente no tiene precedentes”, afirmó Tom Keatinge, director de estudios sobre delitos financieros y seguridad del Royal United Services Institute (RUSI) de Londres.
Y aunque “la congelación de los activos del banco central (ruso) ha tenido un gran impacto”, todavía hay “mucho margen para incrementar” las sanciones, sobre todo en torno a medidas dirigidas a la energía rusa, subrayó en una audiencia ante la comisión del Tesoro del parlamento británico.
Tras varias rondas de sanciones coordinadas contra las finanzas y la economía rusas, los países occidentales centran ahora sus debates en una posible prohibición de las importaciones de hidrocarburos, principal fuente de ingresos del régimen de Vladimir Putin.
Además, hay “todavía bancos que no están concernidos” por las sanciones y “sabemos que no lo están debido a su necesidad para realizar pagos relacionados con la energía”, añadió.
“Si el objetivo es atacar la economía rusa, es el sector energético el que debe ser golpeado”, coincidió Neil Shearing, experto de Capital Economics. Pero las sanciones “tienen un coste para el resto del mundo”, precisó.
“Nunca hemos utilizado sanciones de esta manera contra otro país del G20″, señaló por su parte Justine Walker, jefa de sanciones internacionales y riesgos de la asociación de especialistas certificados en antiblanqueo de capitales ACAMS.
“Sólo hemos utilizado sanciones similares contra países como Venezuela y Corea del Norte”, continuó, subrayando el riesgo de consecuencias no deseadas.
Esta experta citó el problema que plantean por ejemplo algunas medidas de represalia espontáneas adoptadas por actores privados, como la decisión de las mayores compañías navieras de evitar los puertos de Rusia por temor a posibles sanciones.
Esto “crea un escenario muy difícil para los productos básicos que queremos que continúen comercializándose”, como los cereales, subrayó.
Estas “autosanciones” cautelares de algunas empresas han contribuido a una espectacular subida de los precios de las materias primas hasta alcanzar máximos históricos desde que comenzó la invasión de Rusia, especialmente del trigo, pero también del petróleo y los metales industriales.