La invasión rusa de Ucrania perturba la tradicional política de equilibrio de India entre los países occidentales y Rusia y coloca a Nueva Delhi en una difícil situación diplomática, estiman expertos.
La semana pasada India, al igual que China y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), se abstuvo en la votación de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la “agresión” rusa contra Ucrania.
Rusia, que vetó la resolución utilizando el poder que le confiere su condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad, elogió a la postura “independiente y equilibrada” de Nueva Delhi.
Pero esa posición, que India esperaba que fuera percibida como una muestra de neutralidad, fue interpretada por muchos países como un apoyo de hecho a Rusia.
Hay además informaciones de que India quiere impulsar un pacto comercial de divisas con Rusia, lo que podría socavar los esfuerzos de los países occidentales para aislar a Moscú del sistema financiero global.
Esta crisis coloca a India frente a un antiguo dilema. Durante la Guerra Fría la diplomacia india estuvo muy cercana a la Unión Soviética, lo que dejó a su tradicional enemigo, Pakistán, en el campo de los occidentales.
Estos vínculos fluidos sobrevivieron a la caída de la Cortina de Hierro y Rusia sigue siendo su mayor proveedor de armas.
India necesita el apoyo de los occidentales frente a China y su líder Xi Jinping -que busca extender su influencia en el Océano Indico- en medio de disputas entre los dos países que en el 2020 provocaron mortíferos enfrentamientos.
El país integra junto a Estados Unidos, Japón y Australia, la Alianza Quad, que está concebida para contrarrestar la creciente influencia de China en la región.
Su decisión de abstenerse en el voto del viernes en la ONU dejó a India en el mismo campo que China.
“India no tiene muchas opciones”, indicó Nandan Unnikrishnan experto de Observer Research Foundation, un centro de estudio con sede en Nueva Delhi.
El país “está tan interesado en su vínculo con Rusia como en mantener la relación con Estados Unidos”, indicó.
Unnikrishna explicó que en el ámbito marítimo el país enfrenta desafíos para los cuales necesita a Estados Unidos y en el continente requiere la ayuda de Rusia.
El abrazo del oso
Putin visitó india el año pasado, en un desplazamiento poco habitual, y una vez en el país se deshizo en mostrar efusividad llegando a abrazar al primer ministro Narendra Modi, como un indicio de un fortalecimiento de los vínculos militares y energéticos.
India es el segundo mayor comprador mundial de armamento, detrás de Arabia Saudita y según Business Standard, entre el 2016 y 2020, un 49.4% de las importaciones de armas llegaron de Rusia.
A finales de la semana pasada Rusia comenzó a entregar un sistema de defensa antimisiles S-400 que India acordó comprar por US$ 5,000 millones en el 2018, pese a la amenaza de sanciones de Estados Unidos.
En un momento en que Nueva Delhi busca desarrollar sus propias capacidades armamentísticas y diversificar los suministros, las importaciones de Estados Unidos representan solamente un 11%.
India - con una población de 1,400 millones de personas - es altamente dependiente del petróleo ruso. El comercio bilateral suma cerca de US$ 9,000 millones, con partidas más modestas en otros sectores como la industria farmacéutica, el té y el café que India exporta a Rusia.
En el plano diplomático, Rusia veta con consistencia todas las resoluciones de la ONU para condenar a India por sus acciones en la zona de Cachemira, donde hay una violenta insurgencia desde hace décadas.
Para Happymon Jacob de la Universidad Jawaharlal Nehru, Rusia es el “único socio consecuente” del país al norte de su territorio.
Un conflicto entre Oriente y Occidente
En un momento en que Nueva Delhi aspira a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, un rol que implica una mayor responsabilidad en el concierto mundial, tiene que actuar con cautela y evitar condenar explícitamente a Rusia.
Hasta ahora ha evitado referirse a las operaciones de Moscú como una invasión y en cambio se ha remitido a aspectos locales de la crisis, como la evacuación de los estudiantes indios de Ucrania.
Estados Unidos no ha expresado abiertamente su molestia y se remitió a decir que ambos países “tienen una relación” que Washington no tiene con India y pidió a Delhi que utilice su “influencia” con Moscú.
Pero exfuncionarios han sido más explícitos, y por ejemplo el exdiplomático estadounidense Richard Haass calificó la política de India como “una respuesta cuidadosa para evitar a cualquier costo enfadar a Putin”.
Ademas afirmó que el país “sigue sin estar listo para ascender como una potencia responsable y como un socio fiable”.
Según el analista Sanjaya Baru los países occidentales deberían mirar de una forma más indulgente los vínculos que tiene India con Rusia, precisamente por su rol para confrontar a China.
“Solo una India que sea dinámica puede contrarrestar la agresividad de China”, escribió en el diario Times of India.
“No hay motivos por los cuales India deba tomar partido en un conflicto que es esencialmente una pugna entre Oriente y Occidente, centrado en Europa y en la continuación de la Guerra Fría”, agregó.