Es de noche en una calle de Kiev, una ciudad bombardeada y amenazada por los rusos. El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, vestido con camiseta caqui y chaqueta de cremallera militar, arenga a los ucranianos y al resto del mundo sobre cómo está la situación un mes después de que comenzara la invasión de su país.
En un discurso en ucraniano y en inglés, a través de su cuenta de Telegram, Zelenski ha pedido la unidad de Europa y el mundo contra la guerra de Rusia y que se manifiesten para que Moscú busque la paz.
“Se cumple un mes desde que Rusia invadió Ucrania. Su plan original de invadirnos falló”, dijo el líder ucraniano. “Os pido que os levantéis contra la guerra, justo ahora, 24 de marzo, al cumplirse un mes del inicio de la invasión, ahora y después, en respaldo de Ucrania, de la paz y la libertad desde vuestras casas, oficinas, universidades. Haceros ver y oír. Todos juntos para parar la guerra”, agregó.
Lo ha dicho Boris Johnson, el primer ministro británico: “Creo que el presidente Zelenski ha demostrado ser un notable líder de su pueblo: los ha unido y ha sido su voz”, dijo Johnson en la cadena de radio LBC. “Él sabe, como reconoció Churchill de sí mismo, que quizás no haya sido el león, pero que ha tenido el privilegio de dar el rugido”, dijo.
La figura de Volodímir Zelenski, comediante, actor y guionista que desde mayo del 2019 y tras solo unos meses en política preside Ucrania, ha ganado peso desde que Rusia atacó su país el pasado 24 de febrero. Se ha erigido, gracias a sus discursos en Telegram y a sus intervenciones en parlamentos e instituciones internacionales, en uno de los principales activos de la resistencia ucraniana.
Sus discursos
Zelensky, desde Kiev y casi siempre vestido con camiseta caqui, ha pronunciado discursos a través de videoconferencia en los parlamentos de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Israel, Francia, Italia y Japón y también ante el Parlamento Europeo. Y en la mañana del 24 de marzo, ante los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a los que una vez más ha pedido armamento.
Siempre ha tenido la facilidad de escoger un mensaje que calara en su audiencia, como sucedido en Estados Unidos: “Recordad Pearl Harbor, cuando os atacaron. Recordad el 11-S, el día terrible en el 2001, cuando inocentes fueron atacados sin esperarlo. Nuestra experiencia es la misma ahora. Cada día desde hace semanas”, afirmó.
En Israel Zelenski, de origen judío, evocó la II Guerra Mundial y el horror del Holocausto para reclamar un apoyo más firme de Israel a Ucrania. “Escuchad qué dice el Kremlin, son las mismas palabras, la misma terminología que los nazis usaron contra vosotros”, apeló ante la Knéset.
En su intervención ante el Bundestag alemán se refirió a la reciente historia alemana, en un asunto tan sensible como la reunificación: el líder ucraniano advirtió de que se está construyendo “un nuevo muro de Berlín” en Europa, que separa a los Estados oprimidos de los Estados libres y su país no quiere quedar en el lado en el que “falta la libertad”.
Ante el Parlamento Europeo Zelenski subrayó que Ucrania no solo está luchando por la “supervivencia” ante la invasión de Rusia, sino “por ser miembros iguales de Europa”, por “el deseo de ser tan libres como lo son ustedes”.
Intensa actividad diplomática
Desde las semanas previas a la invasión, Zelenski ha aglutinado la actividad diplomática de Ucrania no solo ante parlamentos e instituciones, sino también con continuas comunicaciones a través de vídeo y teléfono con mandatarios de todo el mundo.
Uno de los gestos diplomáticos con mayor repercusión se produjo el 11 de marzo, cuando los primeros ministros de Polonia, Mateusz Morawiecki; República Checa, Pietr Fiala; y Eslovenia, Janez Jansa; viajaron a Kiev para trasladar su apoyo a Zelenski, en una visita de la que destacó el valor de los visitantes por llegar hasta la ciudad bombardeada.
Redes sociales y un poder que resiste
Mediante su actividad constante en medios y redes sociales y haciendo visible su presencia en las calles de Kiev, Zelenski y su Gobierno han reforzado la idea de que el poder del país resiste el ataque ruso y no abandona.
Ha habido imágenes del presidente ucraniano visitando heridos, comiendo con soldados o acudiendo a lugares bombardeados por el ejército ruso. Zelensky tiene 5.7 millones de seguidores en Twitter -antes de empezar la guerra contaba 850,000- y más de 16 millones en Instagram.
En sus discursos no solo ha interpelado a los ucranianos para pedirles que luchan y resistan, sino también en ocasiones a los ciudadanos rusos para intentar desmontar los argumentos utilizados por el Kremlin para justificar la invasión. “¿Cómo puede ser nazi un pueblo que dio más de ocho millones de vidas por la victoria sobre el nazismo?”, se preguntaba en una intervención dirigida a los rusos horas antes de comenzar la guerra.
Pero según varios analistas occidentales, existe un riesgo: que Zelenski se convierta en un punto único de fracaso para la resistencia ucraniana, donde su muerte o captura se vuelva fatal para el esfuerzo ucraniano en general. Ahí sería importante la sucesión y quién puede continuar con la labor.