Sin demasiada alharaca y aún menos atención pública, los grandes productores de huevos en Estados Unidos están invirtiendo millones de dólares para criar aves sin jaulas, lo cual está cambiando las vidas de millones de gallinas en respuesta a nuevas leyes y demandas de cadenas de restaurantes.
En una década, el porcentaje de gallinas mantenidas fuera de jaulas ha subido de 4% en el 2010 a 28% en el 2020 y se espera que la cifra llegue a más del doble — alrededor de 70% — en los próximos cuatro años.
El cambio marca uno de los mayores éxitos para el movimiento de derechos de los animales luego de años de batallas contra la industria de alimentos.
La transición les ha costado miles de millones de dólares a los productores que inicialmente resistieron llamados a un trato más considerado de los pollos, pero ahora han adoptado plenamente la nueva realidad.
Presionados por iniciativas de los votantes en California y otros estados, además de presiones de las cadenas de restaurantes de comidas rápidas y supermercados, los productores de huevos están sacando a los pollos de sus jaulas y dejándolos moverse libremente en los gallineros.
“Lo que los productores no entendimos inicialmente es que las personas que financian a todos los grupos de derechos de los animales eran nuestros clientes. Y al final, tenemos que escuchar a nuestros clientes”, dijo Marcus Rust, director general de Rose Acre Farms, con sede en Indiana y segundo mayor productor de huevos en el país.
Josh Balk, vicepresidente de protección de animales de granja en la Humane Society de Estados Unidos, resaltó el abrupto cambio de posición. Es “toda una industria que a un punto peleó con todo para no hacer cambios”, dijo.
En definitiva, el sector concluyó que no tenía alternativa.
A partir del 2015, McDonald’s, Burger King y otras cadenas nacionales de restaurantes, además de decenas de cadenas de supermercados y productores de alimentos respondieron a las presiones de los grupos de derechos de los animales anunciando su compromiso con la venta de huevos producidos en granjas sin jaulas.
A esto siguieron leyes que requerían corrales sin jaulas en California y reglas similares en al menos otros siete estados: Colorado, Massachusetts, Michigan, Nevada, Oregon, Utah y Washington.
McDonald’s, que compra unos 2,000 millones de huevos anualmente, dijo que cambió gradualmente tras concluir que era el deseo de sus consumidores. Muchas compañías promueven ampliamente su cambio al uso de huevos provenientes de gallinas sin jaulas, considerándolo beneficioso para su imagen.
Antes de eso, grupos de defensa de los animales, especialmente la Humane Society, habían organizado campañas de accionistas, conducido investigaciones encubiertas de granjas avícolas y presentado querellas federales. Un sondeo de Gallup en el 2015 concluyó que casi dos terceras partes de los estadounidenses pensaban que los animales merecían protección de abusos y explotación.
Los grupos han dado prioridad en sus campañas que se permita que los animales se muevan libremente en sus recintos, pero han tenido resultados mixtos. La industria de carne de cerdo está batallando para bloquear una iniciativa en California que requiere más espacio para la cría de cerdos y terneros y un juez estatal aplazó recientemente la implementación de reglas nuevas.
La industria de huevos también buscó inicialmente estándares nacionales que habrían permitido jaulas, pero eventualmente desistió, dijo J. T. Dean, presidente de Versova, un importante productor basado en Iowa.
Las compañías de huevos tienen unos 325 millones de gallinas, por lo que sacarlas de las jaulas a lugares en los que pudiesen moverse era una propuesta costosa, señaló Dean.
Aparte de construir estructuras con más espacio, las compañías tuvieron que determinar cómo alimentar aves que se pueden mover y cómo recoger los huevos. Se necesitaban además más trabajadores y más alimento porque las gallinas en movimiento tenían más apetito.
La clave, dijo, fue conseguir compromisos a largo plazo de compradores garantizados de huevos a un precio mayor.
“Cuando empiezas a hablar sobre la necesidad de miles de millones de dólares, tienes que probar todas las vías disponibles”, dijo Dean.
El costo exacto del cambio para los productores de huevos es difícil de estimar, en parte porque algunas modernizaciones de edificios y equipo se realizan periódicamente de todas maneras. El costo para la gente en las tiendas es más claro.
Jayson Clark, que encabeza el Departamento de Economía Agropecuaria en la Universidad Purdue, concluyó que tras el cambio obligatorio el 1 de enero a huevos de granjas sin jaulas en California, el precio de la docena de huevos en el estado subió 72 centavos sobre el precio promedio en Estados Unidos, aunque la brecha pudiera reducirse una vez el mercado se adapte.
En el Gateway Market, en Des Moines, Iowa, que vende alimentos orgánicos y especializados, los clientes dicen que vale la pena pagar más por huevos si eso mejora las vidas de las gallinas.
“Siento que quiero que el pollo sea feliz”, dijo Mary Skinner, de Des Moines. “¿Cómo nos sentiríamos nosotros encerrados en una jaula?”.
Greg Fath, un residente de Des Moines que come tres huevos en el desayuno, piensa que “las personas están aprendiendo a ser más conscientes”.
Mirando al futuro, los jefes de compañías de huevos dicen que piensan que la demanda de huevos más baratos de gallinas en jaulas seguirá en alrededor de 25% o más de mercado, pero Balk, de la Humane Society, dice que espera que se vuelva una porción diminuta de las ventas totales.
Balk apunta al hecho de que centenares de vendedores minoristas nacionales, restaurantes, supermercados y productores de comida han implementado requerimientos de huevos de granjas sin jaulas o planean hacerlo en unos pocos años. “Ése es el futuro en cada estado” del país, dijo.