El Fondo Monetario Internacional recortó el martes su pronóstico de crecimiento global para 2023 ante las presiones de la guerra en Ucrania, los altos precios de la energía, de los alimentos y las elevadas tasas de interés, al advertir que la situación podría empeorar significativamente el próximo año.
El Fondo dijo los análisis para su nuevo informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO) muestran que un tercio del PIB global probablemente se contraerá el próximo año, lo que marca un comienzo sombrío para las primeras reuniones anuales presenciales del FMI y el Banco Mundial en tres años.
“Las tres economías más grandes, Estados Unidos, China y la zona del euro, seguirán estancadas”, sostuvo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en un comunicado. “En resumen, lo peor está por venir, y para muchas personas, 2023 se sentirá como una recesión”.
El FMI mencionó que el crecimiento del PIB global el próximo año se desacelerará al 2.7%, en comparación con un pronóstico de 2.9% en julio, ya que las tasas de interés más altas ralentizan la economía y el sector inmobiliario en Estados Unidos.
El organismo mantuvo su pronóstico de crecimiento para 2022 en 3.2%, lo que refleja una producción mejor a la esperada en Europa pero un desempeño más débil en Estados Unidos, luego de un crecimiento global de 6% en 2021.
Perspectiva en EE.UU.
El crecimiento de Estados Unidos este año será de un escaso 1.6%, una rebaja de 0.7 puntos porcentuales desde julio, lo que constituye una contracción inesperada del PIB en el segundo trimestre. El FMI mantuvo sin cambios su pronóstico de expansión de la primera economía del mundo en 1% durante 2023.
También señaló que que su perspectiva está sujeta a un delicado acto de equilibrio por parte de los bancos centrales para combatir la inflación sin ajustes monetarios excesivos, lo que podría empujar a la economía mundial a una “recesión innecesariamente severa” y causar interrupciones en los mercados financieros y penurias para los países en desarrollo.
Sin embargo, apuntó directamente al control de la inflación como la mayor prioridad.
“La credibilidad de los bancos centrales, ganada con tanto esfuerzo, podría verse socavada si evalúan mal una vez más la obstinada persistencia de la inflación”, dijo Gourinchas. “Esto sería mucho más perjudicial para la futura estabilidad macroeconómica”.
El Fondo pronosticó que la inflación general de los precios al consumidor alcanzaría un máximo del 9.5% en el tercer trimestre de 2022 y descendería al 4.7% en el cuarto trimestre de 2023.
Una “combinación plausible de shocks”, que incluye un aumento del 30% en los precios del petróleo desde los niveles actuales, podría oscurecer considerablemente el panorama, acotó el FMI, empujando el crecimiento global a apenas un 1% el próximo año, un nivel asociado con la caída generalizada de los ingresos reales.
Con información de Reuters