La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) consideró que Latinoamérica y el Caribe pueden consolidarse como el primer exportador neto de alimentos en el mundo si mejoran su producción.
Así lo aseguró el director general de la FAO, Qu Dongyu, durante la inauguración de la reunión de alto nivel de la trigésimo sétima Conferencia Regional de la FAO, que se desarrolla en la capital ecuatoriana, Quito.
“Con una mejor producción, la región puede consolidar su papel como primer exportador neto de alimentos del mundo y aprovechar la creciente demanda de productos agroalimentarios”, subrayó.
La región produce hoy “suficientes alimentos, en términos calóricos, para mantener la vida de aproximadamente 1,300 millones de personas”, dijo Qu, pero advirtió que para el 2050 eso ya no será suficiente, pues se deberá sustentar a casi 10,000 millones.
Una mejor producción significa acelerar las innovaciones y las políticas necesarias para responder al aumento de los precios de los fertilizantes y los insumos, una tendencia “que está exprimiendo a los agricultores”.
Por ello, pidió actuar “de inmediato” pues, una mejor producción también significa aumentar la productividad con un menor impacto medioambiental, a través de la ciencia, la innovación y la digitalización: “Hay que producir más con menos”.
Con una mejor producción y nutrición se abordará el alarmante aumento del hambre que se ha elevado a 60 millones de personas, así como el alza de la obesidad, “que ya afecta a 125 millones de personas”.
Problemas antes del COVID y la guerra
Representantes de los países participantes en la conferencia apuntaron que antes de la pandemia del COVID-19, y del conflicto entre Rusia y Ucrania, los precios de los alimentos ya eran elevados, pero la situación ha empeorado.
“La guerra que hay en Ucrania con la Federación rusa es compleja porque son los terceros productores y exportadores del mundo de cereales, y exportan el 55% de oleaginosas”, explicó Máximo Torero, economista jefe de la FAO.
Además, Rusia es la primera exportadora de fertilizantes en el mundo en nitrógeno y la segunda en potasio.
Qu anotó que la guerra ha impactado a la región en lo referente al precio de los alimentos y los fertilizantes, lo que “amenaza a los consumidores y productores, y, además, puede afectar la recuperación económica” tras la pandemia.
La FAO está “preocupada por el efecto en la seguridad alimentaria mundial. Nuestras estimaciones más recientes indican que, a corto plazo, el número de personas subnutridas puede incrementarse entre un 7.8 y 13.1 millones de habitantes de todo el mundo”, advirtió.
Por eso, alertó que las consecuencias pueden ser aún peores, dependiendo de cómo se desarrolle el conflicto entre Rusia y Ucrania, por lo que pidió a los participantes en la Conferencia que identifiquen las acciones multilaterales claves que se puedan llevar a cabo para reducir el impacto de la crisis.
También el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, espera que se identifiquen acciones pues las guerras “son una de las principales causas del hambre y la inseguridad alimentaria en el planeta”.
Comercio fluido
Los participantes en la conferencia coincidieron en que, para evitar caer en una crisis alimentaria global, se deben adoptar acciones urgentes.
Entre ellas, que el comercio “debe moverse” y se deben evitar las restricciones: “Tenemos que dejar que los insumos y los productos fluyan y, sobre todo, fortalecer el comercio interregional”, dijo Torero.
Al resumir las intervenciones de representantes de varios países antes de la inauguración, anotó que se debe ganar eficiencia en el uso de insumos, y citó a Etiopía como ejemplo, pues realizar un buen mapa de suelos permite un “ahorro enorme en el uso de insumos en un mundo en el que tenemos una restricción muy grande”.
También es fundamental la innovación tecnológica, para evitar la concentración de insumos y de producción, añadió al recalcar la importancia de una mayor inversión para lo cual se debe entender el verdadero valor de los alimentos y su proceso de producción.
“Estamos en una situación muy crítica, un ‘shock’ más en un productor grande de alimentos y vamos a estar en una crisis alimentaria mundial”, concluyó Torero.
La Conferencia se extenderá hasta el viernes, cuando se espera que culmine con un informe final que recoja las conclusiones de los debates sobre aspectos como innovaciones en la agricultura familiar a pequeña escala, transformación rural inclusiva y sistemas agroalimentarios adaptados al cambio climático.