El gobernador de Rondonia, Marcos Rocha, anunció este domingo que ese estado de la Amazonía brasileña comenzará a enviar a pacientes con COVID a otras regiones del país ante la falta de camas en sus hospitales y el colapso sanitario que vive la capital regional, Porto Velho.
Rondonia, estado amazónico fronterizo con Perú, ha admitido que está al borde de un colapso sanitario similar al que enfrenta el vecino estado de Amazonas y su capital, Manaos, en donde han muerto algunos pacientes tanto por la falta de lechos hospitalarios como de oxígeno para los que están conectados a respiradores mecánicos.
Rocha dijo que actualmente unos 40 pacientes esperan cupos en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de Rondonia, que están totalmente copadas, y que es necesario enviarlos a otras regiones para garantizarles la vida.
Agregó que a la falta de camas se suma la falta de médicos, por lo que también solicitó el envío de profesionales de salud a Rondonia.
“Ya enviamos la petición (al Ministerio de Salud) y realizamos todo lo necesario para que eso se produzca (el traslado de pacientes) y podamos salvar vidas”, afirmó el gobernador en un mensaje que publicó en sus redes sociales.
Ni el gobernador ni el Ministerio de Salud anunciaron la fecha en que comenzarán los traslados, como ya se ha hecho en Manaos, de donde han sido transportados a otras ciudades en aviones militares cerca de 250 pacientes con COVID.
El alcalde de Porto Velho, Hildon Chaves, admitió el sábado que el sistema hospitalario de la capital de Rondonia entró en total colapso y que la ciudad está al borde de vivir una “tragedia humanitaria”.
“Hoy todo el mundo está siguiendo lo que ocurre en Manaos, pero estamos muy próximos de vivir aquí, en la ciudad de Porto Velho y en todo el estado de Rondonia, una tragedia humanitaria”, dijo.
Esta pequeña ciudad amazónica de 539,000 habitantes tan sólo cuenta con 70 camas en unidades de cuidados intensivos y con 23 respiradores mecánicos y acumula 1,020 muertes por COVID y 46,892 contagios desde el inicio de la pandemia.
Según la secretaría de Salud de Rondonia, doce de los hospitales del estado están con el 100 % de sus camas en unidades de cuidados intensivos ocupadas, incluyendo todos los de Porto Velho, ciudad en la que tampoco hay cupo en los hospitales de campaña que montó para atender a pacientes con COVID.
En la ciudad de Vilhena la ocupación llega al 85% y en la de Ariquemes al 86%.
La grave situación en Amazonas obligó al Gobierno brasileño a montar una operación para trasladar a decenas de pacientes con coronavirus a otras ciudades y para transportar oxígeno en al menos cuatro vuelos diarios de aviones militares.
Ante la multiplicación de los casos de coronavirus, la gobernación anunció un toque de queda de 24 horas diarias que se extenderá por siete días a partir del lunes.
En ese período tan sólo podrán salir de sus casas los trabajadores de los sectores esenciales, como salud y seguridad, y quienes necesiten acudir a los supermercados y farmacias vecinas.
El secretario de Salud de Rondonia, Fernando Máximo, admitió que la situación de su estado fue agravada por la llegada de muchos pacientes del vecino estado de Amazonas que no recibieron atención en sus ciudades de origen.
Brasil, con 210 millones de habitantes, es uno de los epicentros de la pandemia; el segundo país con más muertes en el mundo por COVID después de Estados Unidos, con unos 216,000 fallecidos, y el tercero con más contagios, con 8.8 millones de casos.