Las mujeres embarazadas que dan positivo de COVID-19 cuando dan a luz rara vez transmiten el virus a sus recién nacidos, según una serie de nuevas investigaciones. La razón: el COVID no se encuentra a menudo en el torrente sanguíneo de los pacientes.
A medida que los investigadores se apresuran por comprender los efectos del COVID en el embarazo y los bebés, estos hallazgos ofrecen buenas noticias para los futuros padres.
“Los análisis muestran que la infección entre los bebés nacidos de mujeres con COVID-19 era poco común”, dijo Kate Woodworth, epidemióloga médica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Aun así, una mujer embarazada con COVID corre el riesgo de enfermarse gravemente, lo que también puede tener consecuencias negativas para la salud de su hijo recién nacido, incluso si el bebé nace sin COVID. Estudios recientes han vinculado el COVID-19 durante el embarazo tanto con parto prematuro como con muerte fetal.
Los CDC publicaron un estudio en septiembre que encontró que la tasa de transmisión de madre a bebé era inferior al 4%. Otro estudio publicado en febrero pasado que analizó los datos de más de 4,000 mujeres en los registros neonatales de COVID-19 de Estados Unidos y el Reino Unido, estima que es aún más bajo, de alrededor de solo el 2%.
Las investigaciones indican que esto probablemente tenga que ver con la ausencia del virus en el torrente sanguíneo de la futura madre. El SARS-CoV-2 no suele estar presente en las muestras de sangre, lo que indica que no suele entrar en el torrente sanguíneo de una persona infectada.
En un estudio revisado por pares, por ejemplo, solo el 6% de los pacientes que acudieron a urgencias con COVID-19 tenían el virus en la sangre. Otros datos recientes sugieren que la presencia viral en la sangre puede estar vinculada con una enfermedad más grave.
En la pequeña cantidad de recién nacidos que dan positivo al nacer, dijeron los estudios de los CDC, han encontrado que la mayoría de las infecciones son leves o asintomáticas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado hallazgos similares.
Hasta ahora, parece que el COVID-19 se comporta de manera mucho más similar a la gripe durante el embarazo, dijo Denise Jamieson, jefa de ginecología y obstetricia de Emory Healthcare en Atlanta, Georgia.
La gripe es otro virus que rara vez se transmite al feto. Con la gripe, los problemas con el embarazo están más relacionados con la enfermedad de las mujeres embarazadas que con la transmisión del virus al feto.
Un estudio de Weill Cornell Medicine que analizó muestras de sangre del cordón umbilical de más de 100 mujeres embarazadas durante el 2021 encontró que aquellas que fueron vacunadas durante el embarazo comenzaron a producir anticuerpos unos días después de su primera dosis. Poco más de dos semanas después, comenzaron a transferir lo que se conoce como “inmunidad pasiva” a sus bebés.
Esto significa que incluso si es poco probable que un bebé se contagie de COVID-19 en el útero, tendría protección contra el virus incluso después de llegar al mundo.