Antes de la guerra, Ucrania concentraba el 12% de las exportaciones mundiales de trigo.
Antes de la guerra, Ucrania concentraba el 12% de las exportaciones mundiales de trigo.

planea exportar sus productos agrícolas desde el puerto rumano de Constanza, en el mar Negro, ya que su propia infraestructura está bloqueada por la . Es una alternativa crucial tanto a nivel económico como para su imagen de gran país exportador.

El Ministerio de Agricultura ucraniano indicó la semana pasada que empezó a negociar con Bucarest para restablecer el suministro de productos agrícolas a los mercados tradicionalmente dependientes de sus exportaciones.

Antes de la guerra, el país concentraba el 12% de las exportaciones mundiales de trigo, el 15% del maíz y el 50% del aceite de girasol.

El gobierno rumano confirmó que Constanza ya recibe envíos procedentes de Ucrania y con destino a este país.

¿Por qué es urgente?

El mar de Azov fue cerrado a la navegación desde el comienzo de la invasión, bloqueando los puertos ucranianos de Berdiansk y Mariúpol.

El de Odesa, en el mar Negro, que representa 60% de la actividad portuaria del país --con un tráfico de 90 millones de toneladas al año--, está cerca del frente de Mikolaiv, regularmente bombardeado.

Los edificios militares y la presencia de minas hacen casi imposible la navegación en las aguas frente a las costas de Ucrania.

El sitio Marine Traffic ilustra el bloqueo de facto de la zona, reforzado por el aumento de las primas de seguros después de que los buques de carga hayan sido blanco de misiles.

Según su ministerio de Agricultura, Ucrania pierde así US$ 1,500 millones al mes, mientras que una “crisis alimentaria se desarrolla”, amenazando sobre todo a los países del sur de la cuenca mediterránea, muy dependientes de sus exportaciones alimentarias.

Kiev asegura tener reservas suficientes para sus propias necesidades alimentarias durante dos años, haciendo del mantenimiento de sus exportaciones un reto igualmente simbólico.

“Ucrania quiere demostrar que lucha en todos los planos, y que es consciente de su utilidad”, tanto a nivel alimentario como a nivel industrial, explica Paul Tourret, director del instituto francés Isemar, especializado en economía marítima.

¿Qué posibilidades?

“Estamos buscando con nuestros socios rutas logísticas alternativas para exportar nuestros productos desde puertos europeos, incluido el de Constanza”, dijo el ministro ucraniano de Agricultura, Mykola Solsky, en un comunicado.

Kiev trata de aumentar la exportación de sus cereales por ferrocarril a Polonia, Eslovaquia y Rumania, y, en menor cantidad, con camiones.

Las compañías ferroviarias rumanas y ucranianas están en negociaciones para cooperar mejor, según Bucarest. El objetivo es exportar 600.000 toneladas al mes, lo que sigue siendo “marginal en relación con la capacidad” de los puertos ucranianos, según Gautier Le Molgat, analista de Agritel.

Para Tourret, Constanza es la mejor opción. El hecho que Rumania forme parte de la OTAN hace que sus aguas sean seguras y el país, segundo exportador de trigo de la Unión Europea (UE) detrás de Francia, dispone de las infraestructuras adecuadas.

Constanza, el mayor puerto del mar Negro, exportó más de 67 millones de toneladas de mercancías en el 2021, incluidos más de 25 millones de cereales, con una capacidad total de 100 millones de toneladas.

El puerto puede permitirse recibir las reservas ucranianas porque, en esta época del año, los cereales rumanos ya partieron a su destino. Pero si la situación continúa hasta las próximas cosechas, la capacidad de almacenamiento podría llegar a su límite.

“Rumania también se beneficia. Moralmente”, declaró el ministro rumano de Defensa, Vasile Dîncu.

El presidente de la Cámara de Diputados y el ministro de Transportes anunciaron inversiones para el puerto a principios de semana.

¿Cómo llegar a Constanza?

Lo importante es hacer llegar las mercancías a Constanza y, según Tourret, existen varias rutas posibles.

La más peligrosa es hacer en camión el trayecto desde Odesa, a lo largo de la costa, hasta el puerto fluvial de Galati, sobre el Danubio. Luego navegar hasta el canal que conecta el río con Constanza, construido bajo el régimen comunista de Ceausescu, tomaría uno o dos días.

Una segunda opción es pasar por Moldavia, evitando la Transnistria, que se separó en 1990 y donde Moscú tiene una base militar. Un desvío de varios cientos de kilómetros dependiendo del punto de partida.

La tercera opción, y la más larga, es pasar por la frontera entre el oeste de Ucrania, relativamente a reguardo del conflicto, y el norte de Rumania. Esta carretera ya se utiliza para abastecer a Ucrania de artículos de primera necesidad.