En futuro de los océanos y de las especies que viven en ellos se juega en algunos días en la Organización Mundial del Comercio (OMC), con la culminación de veinte años de negociaciones para eliminar los subsidios a la pesca dañina.
De la capacidad de alcanzar un acuerdo global al respecto dependerá que la conferencia ministerial de la OMC, que reunirá la próxima semana en Ginebra a ministros y responsables de comercio de 164 países, sea considerada un éxito o un fracaso, que hasta podría poner en tela de juicio el futuro de la institución.
“Somos cautelosamente optimistas, pero todavía hay asuntos delicados (pendientes)”, comentó en la víspera (miércoles) la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, al asistir a la instalación de una escultura de hielo representando atunes nadando en el océano y con el mensaje “Detengamos el colapso de los peces”.
La escultura de dos metros de alto (encargada por una coalición de ONG) fue colocada frente a la sede de la ONU en Ginebra para llamar la atención sobre la urgencia de adoptar ese acuerdo.
Hasta allí se acercó Okongo-Iweala acompañada del jefe del grupo negociador sobre pesca en la OMC, el embajador colombiano Santiago Wills, como respaldo a la iniciativa.
Un acuerdo para prohibir los subsidios perjudiciales a la pesca podría ser el balón de oxígeno que necesitan los mares, cuyas poblaciones de peces y otras especies marinas están sometidas a una enorme presión desde hace décadas, con muchas especies que ya han desaparecido o están en peligro de hacerlo.
Hace dos décadas, cuando la OMC lanzó las primeras negociaciones sobre la necesidad de eliminar los subsidios dañinos a la pesca, los investigadores estimaban que un 20% de las poblaciones pesqueras sufrían sobrepesca y en el 2017 esa proporción había subido a 33%.
Ahora se calcula que la mitad de las poblaciones que viven en los océanos sufre pesca excesiva y no regulada.
El texto de un acuerdo sigue siendo discutido día y noche por los negociadores con el objetivo de entregar a los ministros un documento con el menor número de desacuerdos posible, lo que haría posible que den el paso político necesario para endosar el acuerdo, que también es vital para la supervivencia de la pesca artesanal.
“Los pescadores artesanales dependen de que haya peces en los océanos. Los subsidios que pretendemos atajar son los dañinos, los que permiten que haya sobrepresca y sobrecapacidad, y que están reduciendo las poblaciones marinas”, explicó el embajador Will.
“Por tanto, este acuerdo es lo que necesitan los peces para sobrevivir, pero también es una salvaguarda para la pesca artesanal”, continuó.
China subsidia la flota pesquera más grande del mundo que arrasa los recursos marinos de otros países, pero Rusia, Japón y Corea del Sur también figuran como Estados que subsidian actividades pesqueras que rozan lo ilegal o son depredadoras.
“Miles de millones de personas dependen directamente de los recursos del océano y a pesar de esto hay subsidios que permiten prácticas dañinas y que deben desaparecer”, explicó una representante de The Pew Charitable Trusts, una ONG activa en esta campaña y que actúa como grupo de presión en estas negociaciones.