Tras dos años de pandemia de coronavirus, Estados Unidos se enfrenta a otro invierno sombrío, en el que la variante ómicron del COVID-19, al rojo vivo, amenaza con exacerbar aún más un ya peligroso aumento de casos.
Las hospitalizaciones por COVID-19 se han disparado un 45% en el último mes, y los casos han aumentado un 40% hasta alcanzar un promedio de siete días de 123,000 nuevas infecciones al día, según un recuento de Reuters.
Pfizer Inc, uno de los principales fabricantes de vacunas, predijo el viernes que la pandemia duraría hasta el 2024 y que una versión de dosis más baja de su vacuna para niños de dos a cuatro años generó una respuesta más débil de la esperada, lo que podría retrasar su autorización.
La variante ómicron parece ser mucho más transmisible que las anteriores del virus y más capaz de evadir las defensas inmunes, según los primeros estudios.
Los funcionarios de salud pública dicen que es probable que se convierta en la variante dominante en el país, tras la rápida propagación en lugares como Sudáfrica y el Reino Unido, y podría poner a prueba a los hospitales que aún luchan por contener el aumento de la variante delta del verano boreal.
“PONTE EL REFUERZO AHORA. Es probable que el maremoto de ómicron llegue pronto a un hospital cercano”, publicó en Twitter el doctor Tom Frieden, exjefe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Los datos preliminares obtenidos en Sudáfrica sugieren que ómicron provoca una enfermedad más leve que la variante delta, que es la que sigue provocando gran parte de la ola actual. Pero un estudio británico publicado el viernes no encontró diferencias en la gravedad entre las dos.
En cualquier caso, el extraordinario nivel de infectar de ómicron significa que podría causar muchas muertes más, dijo el viernes el principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci.
“Cuando hay un mayor número de personas que se infectan, la cantidad total de hospitalizaciones va a ser mayor. Eso es simple matemática”, señaló Fauci a la cadena de televisión CNBC.
Tanto la Liga Nacional de Hockey como la NBA pospusieron partidos esta semana, y la liga de baloncesto y la Liga Nacional de Fútbol Americano impusieron mayores restricciones de COVID-19 después de que docenas de jugadores dieron positivo.