La transición de desafíos históricos del presidente electo Joe Biden al poder se ha complicado todavía más. Una investigación federal en torno a las finanzas del hijo de Biden, Hunter, amenaza con envalentonar a los legisladores republicanos, que ya han mostrado poca disposición a trabajar con el próximo presidente o incluso reconocerle su clara victoria en los comicios del mes pasado.
Sin duda, complicará las audiencias de confirmación en el Senado del secretario de justicia que Biden nombre y quien podría terminar al frente de la pesquisa sobre el hijo del nuevo mandatario.
Todo esto plantea la perspectiva de una mayor disfunción en una capital que enfrenta dificultades para abordar las crisis más urgentes de la nación, como una pandemia que a diario deja un total de muertos comprable con la devastación de los ataques del 11 de setiembre de2001. Los republicanos, en particular aquellos con aspiraciones presidenciales en el 2024, han dejado en claro que presionarán a Biden en ese tema.
“Joe Biden debe comprometerse hoy a que cooperará con la investigación federal y responderá a todas las preguntas bajo juramento”, dijo el martes el senador Josh Hawley, republicano por Missouri, “y que si es juramentado como presidente, ningún investigador o fiscal federal que trabaje en el caso penal contra Hunter Biden será retirado de su cargo”.
Desde hace tiempo, Hunter Biden ha sido fuente de preocupación para el equipo de campaña de su padre y fue blanco de reiteradas acusaciones sin fundamento de parte del presidente Donald Trump y sus aliados. Pero la noticia sobre la pesquisa revelada el miércoles y una investigación a algunos de los negocios de Hunter Biden con China y otras transacciones, tomaron por sorpresa a la mayoría de los colaboradores de su padre.
El presidente electo no tuvo presentaciones públicas el jueves y continuaba con el proceso de conformar un gabinete.Pero la investigación amenaza con desestabilizar una transición que ha priorizado un anuncio metódico de los miembros de su gobienro, colaboradores y objetivos de políticas de la Casa Blanca, todo con el objetivo de garantizar una inercia al momento en que asuma la presidencia y pueda abordar de inmediato los problemas relacionados con una pandemia en expansión y una economía tambaleante.
Más importante aún, la pesquisa coloca los reflectores sobre uno de los nombramientos más importantes de Biden: su secretario de Justicia.
El senador por Alabama, Doug Jones, y el juez Merrick Garland, de una corte federal de apelaciones, han surgido como los principales aspirantes al puesto, dijeron esta semana a The Associated Press tres personas al tanto del asunto. Pero la dinámica podría cambiar, porque la persona que sea seleccionada al frente del Departamento de Justicia será investigado a fondo ante la más mínima percepción de lealtad al presidente electo y falta de objetividad en la pesquisa de Hunter Biden.