La sede de la Bolsa de Valores de Nueva York reabrió el martes por primera vez en dos meses con una erupción de aplausos y júbilo cuando el gobernador Andrew Cuomo tocó la campana de inicio de la jornada.
Sin embargo, el tradicional bullicio del mercado bursátil se vio un tanto apaciguado debido a la escasa asistencia de corredores bursátiles, consecuencia de las medidas sanitarias impuestas en respuesta a la crisis del coronavirus.
El piso de remates, célebre alrededor del mundo por las escenas de anarquía en que los corredores gritan órdenes colectivamente, cerró desde mediados de marzo debido al coronavirus.
De ahora en adelante habrá menos personas en el recinto debido a que todos deben guardan distancia unos de otros para acatar las medidas de distanciamiento social. Además, todos deben vestir mascarillas sanitarias.
Los asistentes, por otra parte, deberán evitar el transporte público y se les tomará la temperatura al ingresar, indicó Stacey Cunningham, presidenta de la Bolsa.
“Respetaremos los sacrificios que están haciendo los profesionales médicos en toda la ciudad, avanzando con suma cautela, reduciendo la presión sobre nuestro sistema de salud y el riesgo para quienes trabajan bajo nuestro techo”, expresó Cunningham en un artículo en The Wall Street Journal.
Añadió que la mayoría de las secciones del edificio adyacentes al piso bursátil seguirán vacías y que la mayoría de los empleados seguirán trabajando remotamente.
En otra época, miles de corredores bursátiles trabajaban apiñados en el piso bursátil. Pero a partir de la década de 1990, con la llegada de las transacciones electrónicas, hay menos empleados físicamente en el lugar. Actualmente en el piso trabajan unos 500 operadores.
La reapertura ocurre en momentos en que varias áreas de Estados Unidos están comenzando a levantar sus órdenes de confinamiento y permitiendo que los negocios reabran, a pesar de que otros lugares las cifras de víctimas de la enfermedad no han disminuido.
El martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseveró que el mundo está apenas en la primera etapa de la pandemia, lo que frustró esperanzas de una rápida recuperación económica a nivel mundial.
En todo el mundo, el virus ha enfermado a casi 5.5 millones de personas y ha matado a más de 346,000, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
En Europa han muerto unas 170,000 personas y en Estados Unidos casi 100,000. Sin embargo, expertos opinan que la cifra real es mucho mayor, debido a que los países llevan la cuenta de manera distinta.