La Reserva Federal se apresta esta semana a realizar un viraje abrupto hacia tasas de interés más ajustadas en momentos en que se acelera la inflación y el desempleo cae con mayor rapidez que lo previsto.
La Fed probablemente anunciará el miércoles que reducirá su compra mensual de bonos al doble de la tasa esbozada por su presidente Jerome Powell hace seis semanas. El objetivo de las compras de bonos es reducir las tasas a largo plazo. Por eso, al acelerar su reducción —probablemente hacia abril— se reducirá la ayuda que prestaba la Fed desde que estalló la pandemia del coronavirus el año pasado.
Se prevé que funcionarios del banco central pronosticarán que elevarán su tasa referente de corto plazo, que ha estado casi en cero desde marzo del 2020, dos o tres veces el año próximo. A su vez, estos aumentos elevarían los costos de una amplia gama de préstamos, como hipotecas, tarjetas de crédito y algunos préstamos de empresas. Hace tres meses, la Fed había previsto un solo aumento de las tasas en el 2022.
Este viraje de la Fed se produce mientras la inflación al consumidor alcanzó su pico máximo en cuatro décadas en noviembre. Refleja que Powell y otros funcionarios reconocen que la economía no ha progresado como preveían hace unos meses.
Durante buena parte del 2021 habían calculado que la inflación sería “transitoria” y les preocupaba más la posibilidad de que el desempleo no cayera con suficiente rapidez. Pero los aumentos de precios se han extendido más allá de industrias afectadas por la pandemia como la automotriz, la electrónica y los materiales para la construcción a los alquileres, restaurantes y la atención médica. El aumento de la inflación pesa sobre muchos hogares, sobre todo los que tienen problemas para adquirir alimentos y combustibles, y es una fuente de insatisfacción con el gobierno del presidente Joe Biden y los legisladores demócratas.
Los funcionarios de la Fed prevén que la inflación se enfriará hacia el segundo semestre del año entrante. Pero prevén un riesgo significativo de que persistan los precios altos. El gobierno informó el martes que la inflación mayorista aumentó 6.9% en los 12 meses que finalizaron en noviembre, la tasa anual más alta desde el 2010.
La tasa de desempleo ha caído desde la reunión de la Fed en noviembre, de 4.8% a 4.2%, señal de que la economía está sólida y se acerca al máximo empleo, uno de los dos mandatos de la Fed junto con la estabilidad de precios.