Entre “2,000 y 4,000″ soldados rusos han muerto en Ucrania desde el comienzo de la invasión lanzada por Moscú el 24 de febrero, estimó el teniente general Scott Berrier, un alto cargo del Pentágono estadounidense.
Berrier, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense, dijo ante un comité del Congreso que se trata de una estimación aproximada que debe tomarse con prudencia pues se hizo a partir de varias fuentes.
Un inusual balance del Ministerio de Defensa ruso dio cuenta el 2 de marzo de 498 militares rusos muertos.
El director de la agencia CIA, William Burns, explicó durante la misma audiencia ante el Congreso que la invasión rusa de Ucrania era resultado de una “profunda convicción personal” del presidente Vladimir Putin, que ha “gestado desde hace muchos años una mezcla explosiva de agravios y ambición”.
Burns consideró “probable” que el presidente ruso “redoble sus esfuerzos e intente aplastar al ejército ucraniano sin preocuparse por las bajas civiles”.
Pero también aseguró estar “absolutamente convencido” de que los ucranianos seguirán resistiendo con “eficacia y firmeza”.